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Las películas de terror de episodios o historias cortas ya son un clásico, hay miles de ellas. En los últimos años, además, se está extendiendo la práctica de que cada una de las historias esté dirigida por un director reconocido distinto. Cuanto más llamativo los nombres de los directores invitados, mejor. Esto no es exactamente un descubrimiento, ya en los años 60 encontrábamos Historia extraordinarias (Histoires extraordinaires, 1968), en la que nada menos que Federico Fellini, Louise Malle y Roger Vadim, tres de los directores en boca de todos, se encargaban respectivamente y cada uno a su manera, de adaptar tres cuentos de Edgar Allan Poe. Y en los 80 hubo colaboraciones multi-director tan interesantes como la adaptación al cine de En los límites de la realidad (The Twilight Zone, 1983) con John Landis, Steven Spielberg, Joe Dante y George Miller (las historias más interesantes eran las de los dos últimos), el team-up entre George A. Romero y Darío Argento Los ojos del gato (Due occhi diabolic, 1990) o el de Tobe Hooper y John Carpenter en Bolsa de cadáveres (Body Bags, 1993) entre otras. Pero como se ve, se estaba haciendo poco, y normalmente con nombres extremadamente consagrados (casi clásicos vivientes). La novedad en estas últimas temporadas es que el mecanismo se ha extendido entre los independientes del cine de terror, con cineastas conocidos especializadamente en ámbitos más underground, o por fans que siguen las escenas del cinema bis, y con bases de operaciones que ya no están necesariamente radicadas en Hollywood. Así han surgido títulos como The Theatre Bizarre (2011), Little Deaths (2011), Chillerama (2011), la serie (de momento trilogía) V/H/S (2012, 2013, 2014), o las dos partes de la masiva The ABCs of Death (2012, 2014).

Por otro lado están las películas de episodios especialmente pensadas para ambientar un Halloween en casa. Entre esta categoría en los últimos años brilló con luz indiscutible la excelente Truco o trato (Trick ‘r Treat, 2007) de Michael Dougherty, aunque también ha habido otras también divertidas y mucho más cafres, como All Hallows’Eve (2013, de Damien Leone) que para mí es todo un “placer culpable”.

Ahora ambas familias tienen un nuevo miembro común en este Tales of Halloween, elocuente título bajo el que se reúne una impresionante selección de hasta once directores cada uno de ellos conduciendo un cuento que tiene lugar durante la noche víspera de Todos los Santos, más popularmente conocida como Halloween, festividad (no voy a entrar ahora en indagar sus orígenes, no es este el espacio) de inmensa fama y significancia en Estados Unidos, lugar de procedencia de la película, y a la que le rodea tanta parafernalia como a la Navidad pero condensado a un único día: calabazas, disfraces, niños pidiendo dulces bajo la pregunta de “truco o trato”, maratones de películas de terror, monstruos, fantasmas y brujas adornando los porches de las casas, evocaciones a leyendas urbanas y a espíritus vengativos, y un largo etcétera.

 Volviendo a la cuestión de estas colaboraciones entre directores independientes, se puede decir que hoy por hoy hablar de una “comunidad de directores de cine de terror” es algo más que una fantasía de los fans. El mundo está plagado de festivales especializados (o no tan especializados: muchos de los más destacados títulos fantásticos de las últimas temporadas han salido de Sundance, Venecia, o el mercado de Cannes) en los que los directores coinciden, a veces una y otra vez.  Tienen problemas comunes, sobre todo respecto a la financiación de sus proyectos, y a menudo acaban forjándose amistades. Los “Masters of Horror” con Mick Garris de anfitrión son solo un ejemplo, y escenas como la emotiva foto de difundió desde su Twitter Eli Roth de la cena en homenaje al recientemente fallecido compañero Wes Craven, en la que aparecen no menos de veinte directores de películas de terror de varias generaciones, son cada vez más frecuentes. Títulos como V/H/S se forjaron así, de abajo a arriba, con gente afín que quiere hacer algo juntos y terminan fichando a más cineastas afines.

En este caso la impulsora principal de Tales of Halloween es la actriz y directora Carolyn Axelle, que además para más señas es la mujer de Neil Marshall. Neil y ella coincidieron en la convención Monsterpalooza de Pasadena con Mike Mendez, al que Carolyn le contó lo mucho que molaría hacer esta película, algo con lo que el director de Big Ass Spider estuvo de acuerdo y en seguida se apuntó a ayudar a hacerlo. Por la noche, en una de las fiestas que rodean esta clase de saraos, se tomaron una copa con Adam Gierasch, Andrew Kasch y algún otro colega más, que también fueron rápida y fácilmente reclutados. La pre-producción se puso en marcha en serio. Mendez formó equipo con Axelle como productor, y sugirió llevarle el proyecto a Epic Pictures, que le habían producido su última película. El CEO de ésta, Patrick Ewald (quien por esas fechas estaba empezando a producir cosas como Turbo Kids), y su socio Shaked Berenson, se entusiasmaron con la iniciativa, y la productora les dio carta blanca, con una única restricción: nada de found footage (¡bien por Epic Pictures, benditos sean!).

Al principio Axelle y Mendez pensaron en que la película tuviera trece historias, por el simbolismo de este número de tan mala fama. Pero finalmente se conformaron con dejarlo en once. Entre los directores convocados, además de ellos mismos y de todos los demás mencionados, invitaron a amigos y a amigos de amigos. Patrick Ewald y Shaked Berenson llamaron a Darren Lynn Bousman, al que le habían producido “11-11-11”; Axelle persiguió a Lucky Mckee hasta que consiguieron tenerle a bordo. Lamentablemente, ella declara en las entrevistas que un par de amigos importantes se tuvieron que quedar fuera por falta de disponibilidad, aunque no especifica quienes. En cualquier caso, el plantel de directores de Tales of Halloween es un equipazo. Tal vez la colección de cameos pueda darnos alguna pista, pues la película abunda muchísimo también en ellos, apariciones más o menos breves de otros compañeros directores como John Landis, Joe Dante, Adam Green, Greg McLean, Stuart Gordon, Mick Garris, y muchos más. También aparecen invitados actores y actrices amigos como Lin Shaye, Barbara Crampton, Barry Bostwick y John Savage entre otros.

También es un guiño, un homenaje, la presencia de Adrienne Barbeau interpretando a una locutora de radio entusiata de todo lo siniestro. Barbeau ya encarnó a una locutora radiofónica en La niebla (The Fog, 1980) de John Carpenter, sin duda su película más recordada y todo un clásico para ver en Halloween. Además, ella (que también es recordada por 1997: Rescate en Nueva York, La cosa del pantano, Creepshow, Los ojos del gato y un larguísimo etcétera) , ha sido actriz de voz y doblaje, y posee registros y cualidades vocales excelentes que hacen que sus intervenciones sean fantásticas (hablo siempre de verla en V.O., claro está).

Maravillosos también los títulos de crédito del animador Ashley Thorpe, que recuerdan en estilo a los de Paul Boyington para Ed Wood (1994, de Tim Burton), mejorándolos todavía (él no tiene que homenajear a Plan 9 from Outer Space) incluida el tema principal musical del veterano maestro Lalo Schifrin (Misión imposible), que rememora ligeramente músicas de Danny Elfman.

Entre los directores, muchos han optado más por el truco que por el trato, y hay numerosas historias rebosantes de humor negro. Pero también hay terror puro, y gore, monstruos, demonios, espíritus y sobre todo muchas sorpresas. Uno de los mayores aciertos de la película está en la unidad de tiempo y espacio de las historias: es como una historia única coral, un entramado de vicisitudes macabras que suceden a la vez, en la misma ciudad americana, durante la misma noche de Halloween. Esta unidad se aprecia ya desde el personaje de Adrienne Barbeau que ya hemos comentado, y que vendría a estar hablando desde una emisora local y en tiempo real con los cuentos. Pero también está dado en detalles ambientales, como por ejemplo que en varios cuentos aparezcan televisores en los que están dando La noche de los muertos vivientes (Night of the Living Dead, 1968, de George A. Romero), otro clásico de Halloween donde los haya. Comprensiblemente, esos televisores están sintonizados en el mismo canal, y las historias están sucediendo en el mismo momento. (Por cierto, que hay un disidente: en uno de los cuentos aparece otro televisor en el que la película que ponen es Carnival of Souls, la película de la que tanto bebe la de Romero). O la coincidencia de que algunos de los niños que piden caramelos sean los mismos en diferentes cortometrajes (es decir: todo sucede en el mismo barrio), o que acudan los mismos policías de guardia () y que en el último cuento, cuyos protagonistas son otros policías, se comenten algunas de las intervenciones en otras historias…

La variedad de enfoques hace que la película resulte extremadamente amena, e incluso la historia más floja es suficientemente concisa como para esperar a que acabe sin el menor problema. Particularmente encuentro el nivel medio de las historias bastante positivo, quizás no tanto como en Trick ’r Treat, que me gusta particularmente, pero he de posicionarme muy a favor de este Tales of Halloween.  Además, el efecto “galería de directores” funciona bien también, aquí hay una muestra bastante curiosa de gente interesante que está haciendo cosas estupendas en cine de terror, y a todos se les dio libertad absoluta, tanto para elegir su historia como para rodarla con su propio equipo:

La primera historia, Sweet Tooth, está dirigida por David Parker director de la muy aconsejable Colinas sangrientas (The Hills Run Red, 2009) o de Coldwater (2014). Su historia es sanguinolenta y satírica, y explota el tema de las leyendas urbanas y de los cuentos de Halloween, similares a los cuentos de terror junto a la hoguera de acampada, que se cuentan a los niños para hacerles pasar un poco de miedo.

La segunda, The Night Billy Rises Hell, corre a cargo de Darren Lynn Bousman, de sobra conocido: responsable de las secuelas de Saw entre la segunda y la cuarta, así como de otros títulos modernos como Repo! The Genetic Opera (2008) o el remake de El día de la madre (Mother’s Day, 2010). El suyo es el cuento más gamberro de la antología, ya que de gamberradas también va la festividad de Halloween. Barry Bostwick (The Rocky Horror Picture Show) es el mismísimo diablo, con cuernos y todo, que arruina la vida de Billy, un niño que tan solo quería hacer su ronda de “truco o trato”, arrastrándolo a una noche loca, una espiral de salvajadas y pasadas… En este segmento hay toneladas de cameos fugaces, de los cuales solo la modelo Adriane Curry y el actor Adam Pascal (Escuela de Rock) tienen frase. Pero simplemente como figurantes podemos distinguir (si paran la imagen) a James Wan, Mike Mendez, Axelle Carolyn, el guionista del propio cuento Clint Sears, y algunos más.

Después le toca el turno a Trick, de Adam Gierasch, director de Autopsy (2007), el remake de Night of the Demons (2009) o Fractured (2013). Es el corto más gore e impactante, un shock shot con giro final, con el que Greg Commons, colaborador de Mike Mendez en Big Ass Spider, se estrena en el guion, y Gierash resuelve con fuerza. La “anécdota” que narra es muy concisa, y ni maravilla ni estorba.

Luego viene “Grim Grinning Ghost” de Axelle Carolyn, la auténtica anfitriona de la fiesta, que se reserva una historia de apariciones espectrales terrorífica, con algunas notas de “leyenda urbana” (como Sweet Tooth) pero sin ironía, buscando el terror puro. Un excelente referente del estilo que ella buscaba al impulsar esta película. Además, una de las más ricas en cameos y estrellas invitadas, como Lin Shaye, Barbara Crampton, Lisa Marie, Mick Garris o Stuart Gordon.

Ding Dong” es la aportación de Lucky McKee (May, The Woman, All Cheerleaders Must Die, etc), el corto más ambiguo y extraño, también de los más expresivos y ambiciosos Muy de autor, McKee vuelve a recurrir a sus características historias de mujeres y juega como en una especie de sueño/pesadilla con la equivalencia simbólica mujer/bruja, y de ahí a la referencia de los cuentos (Hansel y Gretel), y ligarlo con los niños, sus principales destinatarios y también sus víctimas (segunda paradoja): extraña dicotomía entre querer ser madre y querer meter en el horno a uno. Aunque en general no sea de lo mejor, sí posee unos cuantos momentos de lo más aterrador de la película. Y en él vuelve a trabajar con Pollyanna McIntosh  después de The Woman (2011).

Paul Solet, el autor de la inquietante Grace (2009), vuelve con The Weak and the Wicked, una historia de venganza mediante invocación demoniaca inspirada en el estilo de los westerns, pero me parece el episodio más flojo de la película.

Volvemos a la senda de la gamberrada en el excesivo y caricaturesco This Means War, que dirigen al alirón el escritor y fan del género John Skipp con Andrew Kasch, quien habitualmente dirige making of de películas de terror, monta trailers y cosas por el estilo. Ambos habían rodado ya algún cortometraje, y supongo que esta experiencia la enfocaron igual. En Halloween América se llena de decoraciones excesivas, y no podía faltar un episodio sobre ello, con la historia de estos dos vecinos de estilos muy diferentes de enfocar el terror que se pican, y llegan a un crescendo propio de La guerra de los Rose (The War of the Roses, 1989, de Danny DeVito). Además hay cameos de Adam Green (repitiendo el mismo policía), Carolyn Axelle, Neil Marshall y Mike Mendez entre otros, y un casting de secundarios habituales de películas fantásticas.

Friday the 31st es otra de las joyas de Tales of Halloween, dirigido por Mike Mendez sobre un guion de David Parker (el director de Sweet Tooth, el primer episodio). Por rememorar a Mendez, a quien he mencionado múltiples veces en su calidad de productor, co-director y actor de varios cameos, recordaré que le conocemos desde la lejana El convento del diablo (The Convent, 2000), Los profanadores de tumbas (The Gravedancers, 2006) o la reciente Big Ass Spider (2013), es decir, películas malillas pero divertidas (sobre todo la última). Friday the 31st sigue esa línea, arranca con una parodia/homenaje al cine slasher, con una víctima tetona huyendo por el bosque con un asesino, ataviado en guiño a Jason Vorhees, tras ella. De repente, un inesperado giro introduce un travieso componente alien en la trama, y si ya antes era gore, la cosa pasa a ponerse muy gore. El asesino a lo “Viernes 13” está interpretado por Nick Principe, el culturista que hacía de asesino en Laid to Rest (2009), es decir, que algo sabe de esto. Además, hay cameos muertos (hacen de víctimas ya cadáver) de Neil Marshall, Carolyn Axelle, Paul Solet, David Parker y Andrew Kasch, fíjense bien.

Ryan Schifrin, el director de aquella entretenidísima película sobre el Big foot llamada Abominable (2006), dirige The Ransom of Rusty Rex, otro relato divertido y a la vez inquietante en el que dos granujas de medio pelo que tratan de forrarse secuestrando al hijo de un importante hombre de negocios, sin saber que en realidad están secuestrando a una terrorífica criatura. John Landis tiene un papel secundario con frases y todo, y el cuento entra muy bien en su duración, como otra buena broma de la película.

Por último, para broma Bad Seed de Neil Marshall. Huelgan presentaciones del que fue autor de una de las mejores películas de terror de lo que va de siglo XXI: The Descent (2005). En este caso ha recuperado el tono de comedia bestia de Dog Soldier (2002), la que fue su opera prima y aporta el detalle que faltaba a un buen Halloween: el Jack o lantern, la típica calabaza tallada que representa iconográficamente esta festividad. En el caso de su cuento, se trata nada menos… que de calabazas que se comen a la gente. No es un tema nuevo, me suena haber visto varios cortos sobre calabazas con “vida” en la noche de Halloween, incluso un especial de Halloween de la serie de dibujos de Cartoon Network Las macabras aventuras de Bill y Mandy (The Grim Adventures of Bill & Mandy), y conceptualmente tampoco difiere mucho de Treevenge (2008), el corto de árbol de navidad asesino, ya todo un clásico, con el que se dio a conocer Jason Eisner. Pero aunque no sea original, es divertido, ágil, razonablemente gore, celebrablemente gamberrete y además sale Joe Dante como actor, así como Gleg McLean, John Savage, Adam Green o Drew Struzam en cameos.

En conclusión, Tales of Halloween es un film entretenidísimo que ofrece más diversión que miedo, pero que puede ajustarse con mucha precisión a las expectativas de un fan del cine de terror moderno y de la festividad de Halloween, por variadas razones. El personaje de Adrianne Barbeau despide la antología “hasta el año que viene”, y lo cierto es que no me importaría ver un Tales of Halloween 2 en las próximas temporadas.

En los títulos de crédito, una gran canción horrorpunk de Psycho Charger termina de poner todo lo que tiene que tener una feliz noche de Halloween.

Cuentos de Halloween (Tales of Halloween) ha sido estrenada directamente en DVD/Blu-ray y VOD el 21 de octubre. Distribuye La aventura Audiovisual, y puedes encontrarla en venta y/o alquiler en tu tienda habitual.

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