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La Muestra Sci Fi llega a su novena edición cambiando su emplazamiento, de los emblemáticos cines Bilbao a los Callao, sitos en la madrileña plaza del mismo nombre. Con el cambio de sala se ganan localidades, ya que el cine es todavía más grande (la sala 1 de los Bilbao es bastante grande para ser un cine del centro de la ciudad, pero todo es mejorable), lo que permite vender más entradas y por lo tanto… bajar más aún los precios. Y eso es lo primero que deseo destacar y agradecer a la organización de la Muestra. En estos tiempos que corren en los que no pasa día en que no oigamos alguna mención a la Crisis, su apuesta pasa por popularizar aún más su Muestra de Cine, en lugar de pretender obtener mayor margen de ganancias (suponiendo que las haya). En principio, la Muestra Syfy es en sí misma un acto de relevancia publicitaria para la cadena de TV que debería justificar por sí misma que no busquen ganar más beneficio monetario con ello. O sí, según se enfoque: tampoco me cabe la menor duda de que el camino correcto al beneficio pasa por vender más, no por vender más caro. Por lo que una Muestra que se hace más popular y a la que va más gente, tiene más posibilidades de prosperar que otra que debido a sus precios deja la mitad del aforo vacío.

Cosa que este año no pasó precisamente en casi ninguna sesión. Colas kilométricas a la hora de entrar, y viandantes curiosos que preguntaban qué se cocía para atraer a tanta gente, fueron la tónica general.
Como contrapartida a este primer positivo, también es cierto que el cine Callao es peor cine yt la nueva sala es inferior a la de los Bilbao, y que incluso se ve y se oye peor. Una pérdida de calidad en las proyecciones que se notó especialmente en algunas sesiones.
 
Jueves 8
También por primera vez en toda la historia de la Muestra, sucedió que se proyectaban dos películas al mismo tiempo. Tristemente, nos quedamos con la peor, porque la buena, El gabinete del Dr. Caligari, ya ha he visto muchas veces, incluso con acompañamiento de música en vivo, claro que no del grupo Pegasus. En lugar de ir a esa, nos metimos a ver el petardo de John Carter de Marte.
John Carter de Marte es la primera película de imagen “real” (las comillas vienen por la cantidad de CGI que tiene) de Andrew Staton, el que fue director de maravillas como Buscando a Nemo o Wall-E y guionista de Toy Story, Monstruos S.A, etc. Con John Carter demuestra que se le pone más cuidado a la animación de Pixar que a las películas Disney de imagen real. Un western futurista y alienígena al que le falta sentido aventurero y menos borrachera impactante.

Viernes 9
Hell es un survival alemán postapocalíptico, muy deudor de La carretera: en un futuro devastado por no se especifica qué catástrofe, en el que la temperatura del planeta se ha elevado una media de diez grados y la humanidad se ha extinguido en un 80%, tres supervivientes huyen a ninguna parte en un coche, hasta que se topan con una familia que para sobrevivir ha optado por el canibalismo…
Stakeland, nueva película de Jim Mickle, quién nos llamó mucho la atención en la maratón zombie de hace tres años con Mulberry Street. En Stakeland nos presenta un mundo también post-apocalíptico dominado por los vampiros, tipo Soy leyenda, en el que los grupúsculos de humanos supervivientes se agrupan en pueblos fortificados. El protagonista es un joven adoptado por un matavampiros errante, que recorre los antiguos Estados Unidos tratando de evitar morir a manos de los no-muertos y/o de los asaltadores de caminos. La película dista mucho de ser perfecta y/o maravillosa, pero merece la pena.
Hobo with a Shotgun tiene mucho en común con Machete, empezando por su origen: primero fue un falso tráiler que ganó un concurso organizado con motivo de la salida en DVD de Grindhouse de Quentin Tarantino y Robert Rodriguez. El corto que ganase tenía derecho a ser incluido junto a los otros cuatro falsos tráilers (entre ellos el de Machete, del propio Rodriguez). Así que el joven Jason Eisener, autor del famoso y cachondísimo corto Treerevenge sobre la sangrienta venganza de los abetos cortados como árboles de navidad, se presentó con Hobo with a Shotgun y ganó. Y no solo ganó, sino que pensó en convertirlo en largometraje, y así de fake tráiler a película, protagonizada por un recuperado y maravilloso Rutger Hauer. Con un aire un poco Troma, Hobo es la mejor película gore de la temporada, una gamberrada trepidante y superviolenta en la que el vagabundo del título, harto de la podredumbre de la sociedad, se dedica a poner las cosas en su sitio matando a pederastas, camellos, violadores, etc. Una parodia de cine de acción impagable.
Finalmente llegaron Nacho Vigalondo y amigos para una nueva sesión de Trash entre amigos, comentando como si del Mystery Science Fiction 3000 se tratase, en clave de coña, un telefilme de los de la escudería Syfy.

Sábado 10
Arrastrando un absurdo (¿y cuál no lo es?) escándalo de Sundance, y envuelta en obtusas acusaciones misoginia, cuando en realidad el discurso de la película es justo lo contrario, de un feminismo radical, llegó The Woman de Lucky McKee. Hacía tiempo que le teníamos ganas a un nuevo trabajo del autor de May, un director del que consideramos que ha tenido muy mala suerte y corre el riesgo de pasar desapercibido para la posteridad a causa de ella. Desde luego los graves problemas que malograron El bosque maldito (The Woods) o que hicieron que fuera despedido de Red no han ayudado a confirmar su talento, cosa que The Woman viene a paliar en gran medida. Precisamente a raíz de Red fue que conoció al escritor de betsellers de terror Jack Ketchum, con el que, a pesar de lo que fuera que le pasase con los productores (y con Brian Cox, se rumorea), conectó hasta el punto de hacer que ambos se planteasen un proyecto conjunto, en el que Ketchum sería el co-guionista, y que aúna las dos principales obsesiones temáticas de los dos. A saber: de Ketchum el cautiverio de un ser humano torturado y secuestrado por otras personas completamente normales que compatibilizan esa monstruosidad con sus vidas cotidianas, y de McKee la mujer como centro de todo. Resultado de la suma: un universo en el que el macho es mezquito, asesino, agresor o estúpido, y la mujer, de cualquiera que se su tipo, es su víctima. Hasta que lo salvaje hace que se vuelvan las tornas. The Woman retoma un personaje de The Offspring, novela del escritor que fue adaptada en 2009 por Andrew Van den Houten. Este personaje es el de la mujer salvaje, que es cazada, humillada y mantenida encadenada mientras los hombres (padre e hijo adolescente) abusan de ella, ante diferentes formas de pasividad motivadas por el miedo de los miembros femeninos de una aparentemente respetable familia temerosa de Dios de esa América políticamente correcta. Y el final… el final es un estallido, un despelote, algo tan pasado de rosca que echa por tierra cualquier posibilidad de malrollismo de la película y confirma un sentido del humor negro muy típico del autor (acuérdese el lector del tono amable de May; Lucky McKee no sabría ser sórdido ni haciéndolo esforzadamente). El conjunto convence, pese a ciertos ramalazos decinema indie muy molestos (las canciones de pop indie insertas en el metraje). Además, el reparto lo borda, desde el malvadísimo Sean Bridgers, a la siempre grata pareja de McKee, Angela Bettis, a por supuesto “la mujer” definitiva, Pollyanna McIntosh, que lo da todo.
El debut de Gonzalo López Gallego en el cine norteamericano, de la mano  de los hermanos Weinstein, nos llega a Sitges cuando su periplo comercial en USA ya se ha completado totalmente. Apollo 18 no es el proyecto que el director de la excelente El rey de la montañahabría elegido, pero como película de encargo le ha quedado muy bien, a pesar de la pereza que empieza a dar ya su formato de falso documental. Pero este funciona por encima de la media y nos deja con ganas de seguir viendo más del director. Las grabaciones secretas de la misión Apollo 18, la última que fue a la luna (aunque la NASA nos haya querido hacer creer que fue la 17), y de lo que encontró allí que provocó tal miedo entre los científicos que el hombre no ha vuelto a pisar el satélite desde entonces. A ver si esto le abre la puerta de Hollywood.
No es que 4:44 Lasts Days of the Earth, o el fin del mundo según Abel Ferrara, sea mala. De hecho es muy interesante, nos cuenta la espera de una pareja a que llegue la hora a la que está previsto que pase algo (no se especifica qué, seguramente cae del espacio) y se acabe toda la vida en la Tierra. Lo más interesante del film es justo esto: cómo reaccionan prácticamente no haciendo nada, siguiendo con su día, haciendo lo que les gusta, y oyendo la radio o siguiendo la noticia por la TV. Igual de interesante es la duda, ¿y si finalmente el desastre no ocurre? Pero todo lo demás renquea mucho, la película tiene tramos muy aburridos y la dirección en la que se desarrolla te deja con ganas de algo más. ¿He puesto que es “lo peor”? Ni por asomo, deberían verla. Ferrara ha hecho su película, independiente, intimista, fea, sucia, extraña y muy insatisfactoria. Puro Ferrara. Y claro, en un film así, el protagonista no puede ser otro que Willen Dafoe.

Domingo 11
Los eventos Phenomena son la cosa más excitante que le ha pasado al género en España en los últimos años, incluso por encima de películas (que las ha habido muy buenas). ¿Que qué es Phenomena? Son programas dobles de películas míticas, generalmente de los 80 (pero también pueden ser de los 70 ó 60), que se proyectan en 35mm como si de un programa de cine de barrio de aquella época fuera, con sus correspondientes trailers de películas también de culto e incluso con anuncios de época, precedidos por supuesto de la cortinilla no menos legendaria de Movirecord. Las películas a las que me refiero son títulos como Indiana Jones en busca del arca perdida,Terminator, Conan el bárbaro, Tiburón, E.T., El secreto de la pirámide, Los goonies, etc. Films que todos hemos visto, pero que muchas veces no hemos disfrutado nunca en pantalla grande. Una gozada, vamos. Normalmente estas sesiones se llevan a cabo en Barcelona, en el cine Urgel. Pero esta edición de Sitges Nacho Cerdá, su organizador, se ha traído la experiencia a Madrid preparando un Phenomenaespecial con dos títulos carismáticos del género de la ciencia ficción: Ultimatum a la Tierra y El planeta de los simios.
Hemos visto crecer a Ty West como talento, desde The Roost, aquella película sobre murciélagos que, admitámoslo, a nosotros no nos gustó nada, hasta House of the Devil, que es su gran obra hasta la fecha, un ejercicio de mímesis de época (el film enteramente parece rodado a finales de los 70 o principios de los 80) que va más allá de la evocación mitómana: es convertirse en, en lugar de parecerse a. Hoy por hoy, para el que esto suscribe, Ty West es de lo mejorcito y más imprescindible del panorama del cine de terror underground. The Inkeepers no vuela a la misma altura que House of the Devil, pero resulta igualmente admirable, gracias a su desacostumbradamente excelente diseño de personajes (la protagonista cae tan bien, se empatiza tanto con ella, que su suerte le importa muchísimo al espectador), a un clasicismo aparente, unos sustos (en el tramo final) que verdaderamente ponen los pelos de punta, y sobre todo… el estilo West, el hombre que no conocía la elipsis y que dilata el tiempo como nadie. Al principio esta dilatación era incluso cuando no se debía, y por eso sus películas, a pesar de tener un puntito, no enganchaban. Pero hoy por hoy West sabe como mantener el suspense y la tensión… en una secuencia hiperdetallada en la que al final no pasa nada de nada. The Inkeepers es buena muestra de ello. Y de verdad, funciona.

 

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