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Más vale actuar que lamentarse. Que sí, que nos gusta el cine, y a muchos les gustaría hacerlo, plasmar en una pantalla 1.85:1 o 2.35:1 sus sueños, pero se da la circunstancia de que no somos estadounidenses (e incluso si lo fuéramos, ya veríamos si las cosas eran tan fáciles como algunos presumen), sino que vivimos en países en los que no existe tejido industrial para hacer películas y venderlas con fortuna, y rodeados de compatriotas cargados de prejuicios que jamás verían una película local sólo por el mero hecho de serlo. Ni dinero ni público.Operas primas de gente de treinta y tantos, primeras películas que son a la vez las últimas, filmografías que se espacian en el tiempo dejando pasar ocho años entre un trabajo y otro, estrenos minoritarios sin promoción o con una promoción inadecuada, salas pequeñas residuales a las grandes en las que lucen los grandes blockbusters americanos, excelentes trabajos que nadie llega a conocer… Éste es nuestro mundo, y sobre todo el mundo de aquellos que quieren ser cineastas. Como aconsejar es gratis, se puede recomendar la salida de buscarse la vida fuera (y “fuera” es, naturalmente, en los Estados Unidos; todo lo demás serían otros “dentros” tan difíciles como el nuestro), seguirle la estela a directores latinos como Guillermo del Toro (Hellboy), Alfonso Cuarón (Hijos de los hombres) o Fernando Meirelles (El jardinero fiel). Pero no todo el mundo puede o quiere emigrar, y parece que los que se queden tengan que pasarse la mayor parte de su vida profesional peleando por que les dejen meter baza en el raquítico y defectuoso circuito que hemos descrito. Al menos así se suelen ver las cosas en España… y me da la impresión de que tiene que ser muy parecido en Argentina. Pero hay otra vía, que nadie dice que sea cómoda pero que está ahí: la acción.

 “Nosotros los desconocidos, trabajamos para los ingratos. Estamos tan acostumbrados a hacer tanto con tan poco, que ahora somos capaces de hacer todo con nada”. (PAURA FLICS)

Paura Flics es una pequeña productora de La Plata, Buenos Aires, fundada por el productor Hernan Moyano junto con los jóvenes cineastas argentinos nacidos en Madrid Adrián y Ramiro García Bogliano. A lo largo de los años Paura Flics ha conseguido asentarse y alcanzar una cierta continuidad de trabajo en todos los campos de creación audiovisual: videoclips, comerciales, colaboraciones para televisión, video presentaciones, etc. además de los campos ficcionales del cortometraje y… el largo, especializándose en filmar ante todopelículas de terror. Si tomamos como experiencia seminal de la productora en este campo la que fue opera prima de los hermanos Bogliano, el film Habitaciones para turistas de 2004, encontramos con que desde entonces hasta hoy Paura ha dado lugar casi a un largometraje al año, como si de Woody Allen se tratase. Películas independientes en el pleno sentido de la palabra, casi ninguna de ellas ha superado aún los 5.000 euros de presupuesto, pero con unas producciones tan impecables dadas las circunstancias que cada céntimo luce admirablemente. Es absolutamente inconcebible que no se hable más de Paura Flics en los medios como el nuestro, y es un descrédito para nuestra comunidad, producto del marketing y la manipulación de las grandes productoras, que no se difundan, se comenten ni se valoren estas películas. Para mí que Moyano y los hermanos García Bogliano tienen unas pelotas inmensas, que no les caben ni en los pantalones, y han dado con la única respuesta posible a la oscura pregunta de cómo salir adelante haciendo cine en un país como Argentina o España: perseverar, cultivar las relaciones a través de la Red y fuera de ella, apoyarse en festivales como el clásico del hemisferio sur Buenos Aires Rojo Sangre (BARS, que este año se celebrará entre el 28 de octubre y el 3 de noviembre) y sobre todo hacer un trabajo serio y digno.
Como mínimo, ya se han ganado el que algún día alguien tendrá que hablar de ellos largo y tendido, imprescindibles, en un video como el siguiente. Se trata de un video estudiantil de Adrian García Bogliano y Honorio Galarza sobre la historia del cine fantástico en su país:

Las películas
Habitaciones para turistas
(2004)
Aún no es una producción de Paura Flics, pero fue el primer largometraje de Adrian García Bogliano como director compartiendo crédito de guionista con su hermano Ramiro (al estilo de los hermanos Coen) y Hernan Moyano como uno de los productores. La experiencia fue tan satisfactoria para todos que no cabe duda de que todas las demás películas de, ahora sí, Paura Flics, surgen de ésta. Se trata de un slashercon un argumento convencional y filmado con un presupuesto ajustado al mínimo posible o incluso por debajo, pero bendecido con una sorprendentemente buena factura técnica, entusiasmo y virtuosismo palpable en el cuidado de la puesta en escena y el clima, seriedad (estoy un poco aburrido de los debuts de género que usan la comedia de terror para tratar de buscar simpatías), claridad de ideas, y mucho conocimiento del terreno que se pisa. Dicho completamente en serio y sin ningún tipo de benevolencia ni simpatía a los jóvenes, a los pobres o a los alienígenas que reman contra corriente: Habitaciones para turistas no cuenta nada que no hayas visto en mil películas más caras, pero en mejor que la mitad de ellas, porque el cine no es sólo el qué ni el cuánto, sino ante todo el cómo. Y aquí el cómo triunfa.
Trata sobre la aventura vivida por un grupo de chicas que viajan en dirección a una clínica con la intención de abortar, y que por el camino van a parar, viéndose obligadas a hacer noche, a un pueblecito en el que pasan cosas extrañas y alguien las acecha, asesinándolas una por una… El texto sufre una moraleja anti-abortista (no sólo por lo dicho en esta sinopsis, sino especialmente por el final) que no le favorece, pero una vez que nos internamos en el conocidísimo territorio slasher, sólo queda apreciar y disfrutar de la tensión creada a través del clima claustrofóbico, el suspense, las buenas dosis de violencia y una estupenda dirección de las actrices (de las que no sabemos siquiera si cobraron, no sería raro que no), todas ellas muy creíbles. El blanco y negro de la fotografía contribuye a disimular los defectos del cine digital y a darle un aspecto a lo La noche de los muertos vivientes. Que tampoco se engañe nadie: no deja de ser un film de bajísimo presupuesto, y adolece ciertas caídas de ritmo que la alejan de la excelencia. En definitiva, se puede ver. Y se vio: fue movida con muchísima fuerza por festivales de todo el mundo, incluso fue pasada en Sitges, y respaldada por espectadores ilustres que hablaron muy bien de ella, como Guillermo del Toro o Quentin Tarantino.

Grité una noche (2005)
La que es realmente la primera película Paura Flics, sin ser una película de episodios está formada de una manera bien urdida por historias distintas que se cruzan, o más bien se acumulan, y que tienen como protagonistas a un grupo de chicas jóvenes alumnas de un colegio mayor, nexo en común entre los personajes y sus peripecias. Asesinos en serie, fantasmas, lesbianismo, suspense clásico… todo parece tener cabida en la noche terrorífica que, juntas o por separado, hermanas, compañeras y simplemente conocidas, viven los personajes. Filmada cámara en mano, de forma nerviosa, lenguaje gonzo, luz natural y un look menos cuidado que Habitaciones para turistas, entendemos que ello es así aposta, como un acercamiento experimental a lo que fue el movimiento Dogma o el cine más directo del primer Takashi Miike (época Visitor Q, por ejemplo).
Aparte de su interés como entretenida película de variados registros, nos sirve para entender algunas de las constantes en el cine de los García Bogliano: las protagonistas femeninas (con recurrencia de las mismas actrices, como corresponde a todo cine de bajo presupuesto) y sobre todo la lectura y aplicación respetuosa de códigos arquetípicos del género. Su cine no pretende (al menos hasta ahora) tanto deslumbrar mediante pretendidas “genialidades” ni supuestas originalidades, como la aplicación de un vocabulario iconográfico y argumental conocido y amado por los aficionados del cine de terror, categoría a la que evidentemente estos cineastas pertenecen. Así, las películas de Paura Flics se llenan de slasher y de otros subgéneros típicos, por muy transitados que ya hayan sido, a los que se pretende aportar, que no es poco, un exponente más, un exponente propio. 

36 pasos (2006)
Dicho justo lo último del párrafo anterior, es una suerte que toque repasar 36 pasos, uno de los títulos más originales de Paura y los García Bogliano, aunque sin abandonar del todo las referencias a los subgéneros conocidos. La película plantea una extraña fiesta de cumpleaños que están preparando un grupo de chicas jóvenes, y dedicada a una vieja amiga de su misma edad que aún no ha llegado a la casa. Pronto descubrimos que algo raro pasa, y que tanto los preparativos como la alegría ambiente y el amor y compañerismo entre las amigas no es más que un teatro forzado por “alguien”, una o más personas que espían a las chicas como si del programa de TV Gran hermano se tratase: cuando alguna trata de escapar de la casa o pierde los nervios y deja salir lo que de verdad piensa, aparece un asesino corpulento, a lo Leatherface, e inmediatamente la mata de manera violenta y sanguinolenta. Todas están prisioneras ahí, y se preguntan quién y por qué les está haciendo aquello.
Tras el cámara en mano del experimento casi-Dogma de Grité una noche, volvemos a un planteamiento más formal de cine, aunque en color (a diferencia de Habitaciones para turistas) y con todos los problemas del bajo presupuesto y el cine digital saltando una y otra vez a la vista. Pero ello se compensa con una inventiva planificación en los lugares cerrados (las instancias de la casa) o abiertos pero acotados (el jardín, la piscina…), con la dirección de las actrices que vuelve a ser sobresaliente, o con lo bien que funciona otra vez el clima, la intriga y la violencia de los asesinatos, factores a los que se une un sentido del humor negro que no le va nada mal a la película.

No moriré sola (2008)
Impactante y seca muestra del subgénero denominado “violación y venganza”, al cual pertenecen otros títulos de sobra conocidos por el lector como La última casa a la izquierda, Perros rabiosos (I Spit on Your Grave), Ms. 45, They Call Her One Eye, la reciente Run! Bitch Run!, etc. Como ya dije, a los Garcia Bogliano no les duelen prendas en acometer subgéneros típicos y archisabidos, sino al contrario: parecen dispuestos a decir su propia palabra al respecto de todos ellos. Así que No moriré sola tampoco es la película más original del mundo, pero como pasaba en Habitaciones para turistas sí que constituye un ejemplar dignísimo, positivísimo e incluso muy destacable de su clase.
Cuenta la historia de un grupo de amigas jóvenes (otra vez) que durante un viaje de regreso a sus casas se convierten en testigos involuntarias de cómo un grupo de cazadores furtivos han violado y asesinado a una chica. Lo denuncian, pero al hacerlo plantan sobre sí el foco de la atención de los asesinos, que son hombres populares e incluso con influencias en el área rural en el que tienen lugar los hechos. Así que los cazadores las asaltan, las violan a todas y cada una de ellas, y las empiezan a matar o se disponen a matarlas a todas…hasta que las supervivientes consiguen hacerse fuertes y darle a esos tipos material de su propia medicina…
Seca, dura, violenta, muy de los 70, contundente, de nuevo muy bien dirigida y con unas actrices magníficas, lo que menos me gusta de ella es la evolución final de las protagonistas, demasiado ambigua o es que no soy capaz de entenderlas muy bien. 

Masacre esta noche (2009)
Y de repente, la mejor película hasta la fecha de Paura Flics y de los hermanos García Bogliano; y eso que, si has seguido el texto hasta aquí, sabrás que ninguna de las otras me parece mala. Pero en Masacre esta noche de momento han echado el resto: primero en inversión, un esfuerzo de 50.000 dólares (en realidad, un dinero ínfimo para lo que a la producción cinematográfica respecta, pero obsérvese que son diez veces más que las anteriores), y eso es algo que ya de entrada se nota. Además, también supone un salto en ambición de planteamientos artísticos y de discurso, ya que aquí los guionistas se mojan (incluso más que con la cuestión abortista enHabitaciones para turistas).
Es la historia de un joven cineasta que trata de terminar a ratos libres su primera película de terror, género al que es muy aficionado y sobre el que espera poder volcar todas sus inquietudes. Su película es de estilo clásico y muy inspirado en el giallo italiano (clarísimo el homenaje con el que arranca la película). Pero para poder seguir con él se ve obligado a vender su trabajo en tareas como camarógrafo para otros, allá donde le llamen o le paguen dinero. La película refleja muy bien lo que es la aventura de tratar de hacer tu propio proyecto en el marco de un mundo mercantil, y aprovecha para retratar al sector en una interesante conversación del protagonista con un productor con contactos. En seguida entra en materia cuando al chico le ofrecen trabajo en una película, también de terror (lo cual a priori le gusta, claro), pero de estilo torture-porn. No tardará en descubrir que más que torture-porn lo que el director de la misma pretende, fanático del realismo y de que las emociones fuertes sean verdaderas, es snuff.
Si es verdad que el tema de las películas snuff no es nuevo, y que aquí volvemos a transitar con gusto territorios ya vistos, lo más interesante de Masacre esta noche es que no sólo funciona muy bien como mero film de terror sobre esa temática, sino que supone un ensayo de opinión sobre el significado de ese amor por la “hiperrealidad” en el género, a que todo parezca verdad, a los mockumentarys ofalsos documentales, la relación del cine con lo viral, etc., en oposición a la concepción clásica del género de terror que venía del romanticismo, de las leyendas y de un entendimiento puro de lo ficcional sin complejo alguno de serlo. La película plantea la dicotomía terror clásico vs. torture-porn y los García Bogliano toman partido claramente: para ellos, como en todos los films de Paura Flics, el terror es una estética y una fuente de emociones y entretenimiento. Y no, como encontramos en ciertas posturas extremas (ni tan siquiera en todos los torture porn, conviene puntualizar), una declaración de amor a lo feo por lo feo, una carrera espiral por lo sórdido, un alimento para gente que, tal vez, busca ver un sufrimiento real y que no dudaría en pagar por adquirir un snuff si pudiera. No hay nada real en la película que está haciendo el protagonista, ni lo pretende parecer: a él le motiva la noble intención de dar miedo de esa manera controlada que tiene el arte. Por contra, el personaje del director de la snuff movie tiene otra teoría artística por la que no busca tanto dar miedo como ser miedo. 
Masacre esta noche
posiblemente sigue siendo un film demasiado pequeño para ese tipo de público que sólo ve películas americanas que cuestan mínimo veinte millones de dólares (es decir, la friolera de 400 veces el presupuesto de ésta), pero todos aquellos otros que le den otra oportunidad tendrán que admitir que aquí empieza a haber un trabajo muy sólido.

Paréntesis fuera de Paura Flics: Dónde duerme el horror (2010)
Recientemente los hermanos Adrián y Ramiro García Bogliano aceptaron el ofrecimiento de Oscar Castillo y Max Valderde, de otra pequeña productora de Costa Rica llamada Producciones La Zandara, para ir a su país y dirigir una película de terror cien por cien costarricense: Donde duerme el horror. Podría remitirme al comienzo de mi propio texto y volver a hablar de la ética de la acción, de lo infructuoso que resultan los lloriqueos y de cómo el único camino posible, como dijo Machado, es andar. Podría volver a hablar con toda propiedad de tener pelotas y de usarlas para algo más que rascártelas. Sí, porque obviamente estos otros de La Zandara, también son de los que luchan. ¿Una película de terror de Costa Rica? Y no sólo una, sino que parece que tienen otros proyectos en la misma línea, comoParalelo 10, una serie de TV sobre un paraje exótico habitado por monstruos a la manera de El mundo perdido que está ahora mismo en desarrollo.
Avisamos desde ya que no la hemos visto, así que dios nos libre de decir que esté bien o que esté mal. Sabemos, eso sí, que su argumento fusiona dos relatos clásicos de la literatura fantástica: La pata de mono de W.W. Jacobs y La posada de las dos brujas de Joseph Conrad; dicen que su aparato técnico, del cual son en parte responsables los García Bogliano, es digno, aunque como película de terror no ha sido precisamente saludada con salvas por los aficionados latinoamericanos que ya la han visto, que la ponen bastante mal. Hablan de muchas tetas (algo sobre lo que, a pesar de sus múltiples protagonistas femeninas, el cine habitual de Paura Flics no suele incidir mucho), de escenas repulsivas… Se dicen muchas cosas, pocas buenas, y algunas se contradicen, debido a que por la naturaleza única del título (lo poco de cine y lo menos de género que sale de Costa Rica), todos los medios de aquel país se han volcado a darle cobertura de distintos tonos. No lo sabemos, tal vez no tardemos en comprobarlo ya que pensamos verla en breve, y en cuanto lo hagamos os informaremos.
Los cineastas acabaron el rodaje en noviembre de 2009, y de vuelta a Argentina se pusieron manos a la obra con el nuevo proyecto dePaura Flics

Sudor frío (2010)
Próximamente.

No se me duerman, esto es Paura Flics, haciendo cine de terror desde Sudamérica desde hace unos años, y no piensan dejarlo ni estarse quietos. ¡Que así sea!

 

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