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Realmente no conozco el nombre del auténtico padre de Walter Hill, pero no me cabe duda de que es el heredero de Sam Peckinpah, uno de los directores más míticos de los 60 y 70. Tras seis años de inactividad, después de rodar la película “Los Protectores” para televisión, uno de esos western que sientan tan bien de vez en cuando, el señor Hill ha vuelto a ponerse tras las cámaras para rodar “Una Bala en la Cabeza”, con Sylvester Stallone en su papel de duro hombre de acción.
La mejor manera de conocer a un director de cine es a través de sus películas, y si hay una palabra que define casi la totalidad de la filmografía de Walter Hill, es “violencia”. Desde su primer trabajo, “El Luchador”, con Charles Bronson haciendo gala de sus puños, hasta el reciente trabajo con Stallone, la violencia ha estado presente en casi todos sus films, de los que vamos a hacer un pequeño repaso.

THE WARRIORS, LOS AMOS DE LA NOCHE (1978)
Apología total de la violencia que nos mostraba una reunión de bandas callejeras en los bajos fondos de Nueva York, con la supervisión del líder de la más grande de todas las bandas, el carismático Cyrus. De pronto, el líder de la banda es asesinado de un tiro, y el asesino señala a uno de los Warriors, una pequeña banda de chicos rebeldes, como el autor del disparo. Todas las demás bandas se dedicarán a perseguir a los Warriors por las calles de la Gran Manzana, mientras ellos intentan evitar ser capturados y, a la vez, encontrar al culpable del asesinato.
Un interesante film que se veía bien en los años en que fue realizado, ahora nos parece más inofensivo de lo que fue en su día, pues las cosas más violentas que realizan estos chavales son intentar ligar con toda chica que se crucen por el camino y marcharse de las tiendas sin pagar.

FORAJIDOS DE LEYENDA (1980)
Esta es una de las películas más influenciada por el cine de Peckinpah, especialmente por el western “Grupo Salvaje”. El uso de la cámara lenta y la violencia explícita refuerzan la intensidad de las escenas, añadiendo la curiosidad que supone ver a varios grupos de hermanos compartiendo pantalla, por un lado la familia Carradine, compuesta por David, Keith, James y Robert, por otro lado los Quaid, Randy y Dennis, acompañados de los Keach, James y Stacey y de los Guest, Nicholas y Christopher, todos ellos interpretando a un grupo de ladrones de bancos y asaltadores de trenes que viven fuera de la ley.

LA PRESA (1981)
Un grupo de miembros de la Guardia Nacional realiza unas maniobras en los pantanos de Louisiana, y tras un sangriento incidente, van siendo perseguidos y exterminados por miembros de la comunidad cajún, una comunidad étnica que habita al sur del condado. Además del estilo Sam Peckinpah, Walter Hill también toma referencias en esta película del “Deliverance” de John Boorman, introduciéndonos en los desconocidos terrenos pantanosos donde habitan peligros imprevisibles, empezando por cocodrilos, corrientes y desniveles que pueden hacer desaparecer a una persona en segundos, para no volver a ser encontrada nunca más.

LÍMITE 48 HORAS (1982)
Nick Nolte y Eddie Murphy forman una peculiar pareja de policía y delincuente que deben encontrar juntos a un par de criminales fugados de la cárcel que han dejado en su huída varios cadáveres. Pero tienen un límite de 48 horas antes de que el delincuente vuelva a prisión. Una interesante buddy movie que conoció una secuela, “48 Horas Más”, en la que repitieron director y protagonistas, aunque no éxito de taquilla.

CALLES DE FUEGO (1984)
Western urbano considerado de culto, que entre mucho Rock & Roll y coches vacilones nos muestra a un cazafortunas y sus dos acompañantes que deberán rescatar a una diva de la canción de las garras de una banda de moteros terroristas, encabezados por un jovencito Willem Dafoe en uno de sus primeros trabajos, mostrando ya esa faceta psicópata que le ha caracterizado en casi todos sus papeles.

EL GRAN DESPILFARRO (1985)
Única desviación del director hacia el terreno del humor, tomando como protagonista al por entonces estrella de la comedia, Richard Pryor, y mostrándonos una historia con la ambición como eje central, ya que nos muestra a un jugador de béisbol de ligas menores (lo que se conoce comunmente como un pringadillo) que recibe 30 millones de dólares con la condición de que deberá gastarlos en un mes sin poder tener ninguna propiedad al final del período establecido, es decir, que debe fundirse la pasta en cosas inútiles, y si lo consigue, heredará otros 300 millones de dólares. Como es de suponer, numerosas personas ambicionarán todo ese dinero y tratarán por todos los medios de impedir que el protagonista consiga su objetivo. A pesar de que no está presente la acción en esta película con el estilo habitual del director, su frenético tratamiento no deja un respiro al espectador.

CRUCE DE CAMINOS (1986)
El blues protagoniza este film, bastante más tranquilo que sus predecesores, en la historia de un joven músico (Ralph Macchio post “Kárate Kid”) que intenta ser una estrella con la guitarra, y para ello se pone en contacto con el legendario Willie Brown, que vive en un asilo de ancianos. Juntos emprenderán un camino en busca del éxito que les llevará a enfrentarse con el mismísimo diablo en un épico duelo de guitarras que merece la pena por sí solo.

TRAICION SIN LÍMITES (1987)
Nuevamente vemos la influencia de “Grupo Salvaje”, especialmente en el final, en el que, como se decía antiguamente, “no queda ni el apuntador”. Es la historia del enfrentamiento entre dos antiguos amigos que ahora son, respectivamente, un Ranger de Texas y un capo de la droga, que combaten en la frontera mexicana durante una misión del gobierno federal.

DANKO: CALOR ROJO (1988)
No podía faltar una película de Walter Hill, puntero del cine de acción, con Arnold Schwarzenegger, la mayor estrella de acción de los 80, y así surgió este Danko, un policía ruso de métodos violentos que llega a América en persecución de Víktor Rostavili, un peligroso traficante de drogas que huye a Chicago para evitar ser capturado y encerrado en Rusia. Danko unirá sus fuerzas con las del imprevisible detective Art Ridzik, protagonizado por James Belushi, otro icono de la década, en una serie de secuencias de acción a cuál más bestia, especialmente el enfrentamiento con dos autobuses.

JOHNNY EL GUAPO (1989)
Otro pequeño giro en la filmografía de Hill para mostrarnos la historia de un hombre con la cara deforme (genial Mickey Rourke) que al salir de prisión con el rostro reparado intenta vivir una nueva vida, pero sus recuerdos y su pasado seguirán acosándole.

EL TIEMPO DE LOS INTRUSOS (1992)
Regreso a la acción en esta cinta sobre dos bomberos que reciben el mapa de un supuesto tesoro e intentan encontrarlo, pero se toparán con un par de raperos que harán lo posible por hacerse con el dichoso tesoro. Película de transición que no aporta demasiado pero tiene un pase.

GERÓNIMO, UNA LEYENDA (1993)
Aquí es donde, en mi opinión, Walter Hill pasa a ser un director más, sin darnos nada nuevo ni meternos tanta caña como en sus anteriores trabajos. Dos westerns seguidos, el que cuenta la historia del apache rebelde que desafió las condiciones de rendición impuestas por los colonos ingleses durante la invasión de Norteamérica, y “Wild Bill”, con Jeff Bridges interpretando al popular pistolero que participó en el show de Buffalo Bill y se hizo famoso por sus numerosos duelos.

Tras estos dos westerns realizó “El Último Hombre”, con Bruce Willis en una historia de gángsters bastante monótona para mi gusto, “Supernova”, una película de ciencia ficción en la que el director andaba más perdido que Marco buscando a su madre, “Invicto”, en la que un boxeador ingresa en prisión y allí se enfrentará al púgil más reputado, que lleva entre rejas un montón de tiempo, con Wesley Snipes y Ving Rhames intentando hacer algo bueno con una historia insulsa de la que solo se salva Peter Falk, la película para televisión “Los Protectores” y, el año pasado, “Una Bala en la Cabeza”, de la que no puedo opinar porque aún no la he visto.

Con ello no quiero decir que Walter Hill ya esté en las últimas, sino que debe recuperar su gloria pasada y traernos de nuevo otra historia de acción desenfrenada, usando las influencias de Peckinpah que hagan falta, pero para hacernos saborear de nuevo ese gusto que nos atraía a las butacas de los cines, y se vuelvan a llenar las salas (si es que reducen precios algún día) en un intento de evitar que sigan cerrando en masa, como está ocurriendo ahora.

Con esa esperanza de volver a ver al californiano haciendo gala de su mejor talento para dirigir, me despido de vosotros animándoos a seguir yendo al cine. Sé que es caro, pero las alternativas (internet, televisión, dvd) no son tan atractivas, por mucho home cinema que tengáis en casa. La magia del cine es única y nunca debe perderse.

 

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