De un tiempo a esta parte, en la escena de cine independiente de terror hay un nombre que no para de sonar: Adam Wingard. Por detrás de los ya asumidos como Rod Zombie (seguimos considerándole independiente, ¿verdad?), y junto con Ty West o Simon Rumley, su presencia en festivales y reseñas en Internet (que son los canales por donde se promueven esta clase de películas que tanto nos gustan) está convirtiéndose en algo habitual. Al nombre de Wingard habría que sumarle por justicia el de Simon Barrett, su guionista, que tal vez permanece excesivamente oculto para el fan común por aquello del poco crédito que suele recibir su profesión, en este género y en todos, pero con el que forma un tándem aparentemente inseparable y de méritos muy repartidos. Y al nombre de ellos, el de toda una red de artistas, otros directores, actores, productores, que conforman un “mundillo” en torno al cine de terror independiente que se ha dado en llamar munblegore en referencia al “munblecore”, esa corriente del cine indie americano. Pero empecemos nuestro árbol por ellos, y veamos a donde nos va llevando…
Las películas de Adam Wingard y Simon Barrett son todas hasta el momento films realizados al margen de las internacionales y con muy bajo presupuesto (lo que algunos siguen llamando de manera cariñosa “serie B”), abiertamente orientadas al cine de género. No se podría esperar menos de un tipo (Adam) que asegura que su biblia es el “Rebel Without a Crew” que escribió Robert Rodriguez para contar su producción de El mariachi y su llegada Hollywood, o de otro (Simon) cuyas películas favoritas de todos los tiempos son definitivamente Re-animator, las dos primeras entregas de Evil Dead, las primeras películas de Peter Jackson (hasta Braindead, claro) o el cine de John Woo. Vamos, dos tíos que tienen muy claro en qué creen: “Para mí el cine debe ser ante todo entretenido, y a partir de ahí puede cumplir también otras funciones, pero siempre sin perder el entretenimiento” (Adam Wingard dixit, “Fangoria 326”, septiembre 2013). Frente a los que les critican como “meros imitadores” o como unos “nostálgicos trasnochados”, simplemente oponen frontalmente: “Para que una película sea interesante para el público, lo primero es que antes sea interesante para los que la hacen. Hacemos las películas que nos gustan ver como espectadores, el tipo de películas que nos gustan” (ibíd.)
Y es que pocos autores (o tándem autorales) hay hoy en día a los que encaje tanto la catalogación como “ochenteros”. Todas las películas de este par lo son sin excepción, sino de una manera facsímil (no hacen como Tarantino y Rodriguez en Grindhouse), sí espiritualmente y en ritmo. Nosotros encantados, claro. Salvo el típico reducto culoduro de siempre que ante planteamientos tan llanos como éstos se opone, seguramente por su falta de afán de trascendencia. Pero a mí me han gustado todas sus películas, son vibrantes, intensas, tienen sabor y resultan endiabladamente divertidas. Películas como las de Wingard y Barrett, junto con los It Follows o The Babadook de turno, son lo que hacen que un seguidor de la vieja guardia, de lo que mamaron la cultura del videoclub, sigamos pendientes de la actualidad como si no hubiesen pasado los años.
Wingard – Barrett, Barrett – Wingard
Su historia comienza, como la de todas las “parejas”, con una mención a sus relaciones anteriores: Adam Wingard (nacido en Alabama) filmó su primer largometraje auto-producido con 19 años: Home Sick (2007), en el que inició una colaboración su compañero de estudios E.L. Katz (nacido en Florida), con el que continuaría trabajando hasta 2011, bien en calidad de guionista o de productor. Katz además no solo es relevante para nosotros como colaborador de Wingard, sino que es conocido en el mundillo por su trabajo como periodista escribiendo en revistas como Fangoria, y sobre todo porque en 2013 se animó a dirigir su propio primer largometraje: nada más y nada menos que la deliciosamente perversa y muy recomendable Cheap Thrills. Sí, ahora entiendes a lo que me refiero: el cine de terror como vocación es cosa de renegados, y todos los renegados se conocen, antes o después.
Home Sick salió razonablemente bien si la relativizamos a las condiciones en que fue hecha, pero vista de forma objetiva deja bastante que desear. Fue un puntazo, eso sí, que los dos jóvenes lograran reclutar a dos habituales de la tribu de Rob Zombie: Bill Moseley y Tom Towles. Su siguiente largometraje, Pop Skull, se rodó en video con un prespuesto de 2.000 dólares, es decir, que con el dinero que gastó su admirado Robert Rodríguez en El marichi, Wingard y Katz hubiesen hecho tres películas. La película consiguió llamar la atención internacional, tuvo su premier en el Festival de Roma, y les valió ganar la atención de la distribuidora internacional francesa The Wild Bunch, que como sabe cualquier asistente habitual a festivales como Sitges que permanezca atento a los logos de inicio, es una de las compañías de ventas internacionales de películas más importantes. Pop Skull es una película adecuadamente rabiosa y contundente para alguien de esa edad que hacer una demostración de fuerza, incómoda, sórdida, que no anticipa para nada el estilo que habrían de seguir sus autores más adelante, y que fue comparada con (agárrense los machos) Shinya Tsukamoto, Gapar Noe o Vincent Gallo.
Por su parte, Simon Barrett comenzó su carrera de guionista colaborando con Alex Turner, un realizador del que ya hace algunos años que no sabemos nada nuevo, pero que con Barrett sacó hasta dos largometrajes que llegaron a verse en España: Gritos de muerte (Dead Birds, 2004) y La reliquia del mal (Red Sand, 2009). Precisamente fue gracias a Dead Birds (mucho mejor título original que el de distribución aquí, puro cliché) que Adam Wingard y Simon Barrett se conocieron, cuando Wingard y Katz fueron al plató de rodaje ¡para cubrir un reportaje para Fangoria!
Porque fueron años de hacer lo que fuera para ganarse la vida. Adam Wingard llegó a presentarse al casting para el (hoy justamente olvidado) reality show On the Loft, que fue una especie de “Operación Triunfo” o de “Masterchef” para jóvenes directores producido por el mismísimo Spielberg. Su estilo no iba con el programa, y Wingard recuerda que el jurado formado por Brett Ratner, Carrie Fisher y Garry Marshall le desearon suerte y le rechazaron. Y mientras tanto, Simon Barrett encontró un trabajo alimencio ¡en una agencia de detectives privados! ¿Un poco alejado de los suyo? A E.L.Katz no le fue mejor tratando de mover un guión con la productora de Sam Raimi, sin llegar a conseguir que se rodaje y… sin recibir ni un centavo por ello.
Simon Barrett es la clase de guionista que se siente más cómodo como parte de un equipo estable que vendiendo guiones a las productoras. Le gusta escribir ya colaborando con el director, y estar en los rodajes y cambiar personalmente y sobre el terreno todo aquello que no funciona. No le costó sumarse a la aventura. Un puñado de cortos, y el ahora trío Wingard-Katz-Barrett comenzarían a urdir la película que supondría su gran salto cualitativo, y desde la cual su carrera no ha dejado de subir:
A HORRIBLE WAY TO DIE (2010)
Wingard dirige, Barrett escribe y Katz produce esta curiosa pieza que combina la historia de amor y la película de psicokillers. “Hay ciertos conceptos que ayudan a vender las películas a los productores. En el caso de A Horrible Way to Die, los productores decidieron apostar por nosotros y darnos el (poco) dinero cuando dijimos la palabra psicokiller. En You’re the Nex pasó un poco lo mismo cuando dijimos survival. Para ellos esos elementos son importantes, porque vinculan tu proyecto a una categoría que consideran viable. Por eso, es una lástima, pero cuando tienes cierto status bajo y andas buscando financiación tienes que renunciar a muchas ideas que te apetecería hacer, y atenerte a lo que puedes llegar a filmar”, explica Wingard (en la antecitada entrevista en Fangoria). Esto no significa que se renuncie a la originalidad, porque lo cierto es que lo de A Horrible Way… no lo habíamos visto a menudo: la aparente historia de amor entre una pareja que se conoce en unas sesiones de alcohólicos anóminos, y en la que ella resulta tener un pasado muy duro: es al ex novia de un asesino en serie que, para colmo y casualidad o no (más bien no), se acaba de fugar de la prisión. La película no es perfecta, lo sabemos, pero expone bien su entretenido guion utilizando bien los pocos recursos a su alcance por medio de una puesta en escena estilio cinema-veritécon numerosos momentos de nervioso cámara en mano y una arriesgada apuesta por los añejos zooms. Por lo que a mí respecta consigue una atmósfera acogedora para el fan del slaher, a pesar de que la mayor parte de la película parece un drama de ritmo pausado. Reúne una buena cantidad de guiños, y además, cuenta como vértices masculinos del triángulo amoroso protagonista con AJ Bowen, otro habitual del mundillo (entre sus trabajos figuran películas de muchos de los indies más destacados del terror, como Ty West, Adam Green, Jacob Gentry, etc) y Joe Swanberg, sí, es el mismo Joe Swanberg que se dedica a hacer cortos en video, y que luego dirigirá alguno de los segmentos de la antología V/H/S. Presentada en el Fantastic Fest, luego pasó por Sitges, y personalmente yo le tengo aprecio (y la vi antes de saber nada más de Adam Wingard)
ERES EL SIGUIENTE (YOU’RE NEXT) (2011)
Se trata, hasta comprobar resultados de The Guest cuando termine de explotarse en todo el mundo, de la película más importante y exitosa de Adam Wingard y Simon Barrett, su mayor éxito. Con un presupuesto de 1 millón de dólares (el más elevado que habían manejado hasta entonces), y un cómodo (que no fácil) rodaje de cuatro semanas la mayor parte del cual tuvo lugar en horario nocturno, este home invasioncombina elementos de terror slasher y comedia a partes iguales, para conseguir una mezcla híbrida entre cine comercial y gore para fans que consiguió alzarse con el Premio a la Mejor Película en el Fantastic Fest, y que encandiló en todos los festivales por los que pasó.
Eres el siguiente es la historia de la cena-reunión de una familia bien, una velada de esas que no apetecen y que suelen acabar mal incluso en las películas de Chabrol (o especialmente en las películas de Chabrol), pero que se ve bruscamente interrumpida cuando un grupo de psicópatas enmascarados ataca la casa y se ponen a asesinarles a uno tras otro, aparentemente sin venir a qué. Esto, que contado así no ofrece ninguna novedad (últimamente hemos visto cuarenta películas similares, desde Ellos (Ils) o Los extraños hasta clásicos como Funny Games, en manos de Wingard y Barrett huele a fresco, a reflote del espíritu de las películas de terror de los 80 pasado por la túrmix de la generación post-Scream. Su inventiva, su honestidad de estilo, la contundencia de sus sustos y muertes, la atmósfera y el ritmo, hacen de You’re Next una de las mejores películas de su estilo vistas en una buena temporada (superior, por ejemplo, a la citada Los extraños). Pero sobre todo destaca por lo retorcido de su humor, un tono cínico e incluso perverso que se hace simpatiquísico de una manera culpable. “El mérito de todo ese humor negro-negrísimo, y de lo cabrones que son los personajes y lo crueles las cosas que les pasan, es todo de Simon, que no solo es un gran guionista y un tipo muy divertido, sino que además es un cínico, y una malísima persona que odia el mundo”, bromea Swanberg (entrevista en Entertainment Weekly).
El reparto es verdaderamente curioso: a JA Bowen y Joe Swanberg se une la mítica Barbara Crampton, cumpliendo uno de los sueños de Simon Barrett, fan acérrimo de Re-animator. Y a los directores Ty West, Larry Fessenden y Calvin Reeder como actores. Los dos últimos en pequeños papeles (de hecho, que el patriarca del cine de terror marginal Fessenden participe en películas con cameos o pequeños secundarios ya es muy habitual). Lo de Ty West con más coña, su personaje es un guiño, hace de director de cine independiente, y tiene con Joe Swanberg uno de los diálogos más divertidos de la película, una broma acerca de acudir a festivales que, según confesión de los directores, fue una improvisación.
El film fue adquirido por Lionsgate, la distribuidora independiente más grande e importante de Norteamérica, y se vendió en todo el mundo recaudando 18 millones solo en los Estados Unidos.
Tiempo de antologías: V/H/S y THE ABC’S OF DEATH (2012-2013)
Como ya habrán notado, todo está interconectado en el mundillo del cine de terror de bajo presupuesto americano, y vamos a seguir en la misma línea: un día Simon Barrett conoció en casa de E.L.Katz a Roxanne Benjamin, que es colaboradora en la popular web Bloody Disgusting, además de ser la novia de Jacob Gentry, uno de los directores de aquella película tan maja de 2007, The Signal. Benjamin presentó a Barrett y Wingard a Brad Miska, fundador y propietario de dicha web, y Miska, que además de promover el cine de terror con su célebre site quería iniciarse en la producción, acabó involucrado en la producción de A Horrible Way to Die.
Años más tarde, Miska junto con Roxanne Benjamin y Gary Binkow de la productora The Collective, estaba promoviendo V/H/S, una iniciativa de homenaje al popular formato doméstico con el que la mayoría de nosotros (es posible que algún lector joven ya no) hemos crecido como cinéfilos. Se trata de una película (una serie ya, va por la tercera entrega, la más floja por cierto) de tipo antología de historias, un esquema de film con gran tradición en el cine de género fantástico, y que además hace uso del estilo de narración de moda: el found footage o “metraje encontrado”. Esto es, de manera muy simple: cada una de las historias de la película es el contenido encontrado en un VHS que alguien, un personaje de la historia nexo o central, encuentra y se pone a ver. Esto además permite que cada historia sea filmada por un director diferente, lo que aporta al proyecto una dimensión de escaparate de la flor y nata de la actualidad del cine de terror independiente. Naturalmente contaron desde el primer momento del proyecto con que alguna de las historias debía estar dirigida por Adam Wingard y guionizada por Simon Barrett. El segmento en concreto es Tape 56, y es el nexo (o host) de unión entre el resto de historias.
Para V/H/S 2, no solo volvieron a contar con Adam (que se marca el entretenido Fase I Clinical Trials, el del implante ocular y los fantasmas), sino que Benjamin insistió a Simon Barrett lo fantástico que sería una historia dirigida también por. De esta manera, Simon Barrett se estrena como director, en el segmento host de V/H/S titulado Tape 49.
Más o menos por la misma época, aparece The ABCs of Death, proyecto auspiciado por Tim League, uno de los fundadores del Fantastic Fest de Austin y propietario de la cadena de cines Alamo Drafthouse Cinema, y Ant Timpson, fundador del Incredibly Strange Film Festival; es decir, una idea loca y muy ambiciosa que solo podrían haber tenido dos responsables de festivales con contactos con muchos directores. Porque eso es esta otra antología: 26 cortos muy breves, dirigidos por 26 directores diferentes de todas partes del mundo, cada uno de ellos en torno a una única premisa, una letra del abecedario que se les asignaba a cada uno; lo demás, creatividad total.
En The ABCs of Death, que en general se hace muy pesada de ver (los cortos son demasiado irregulares), Wingard y Barrett se encargan de la letra Q, con el corto “Q is for quack”, y fue rodado al mismo tiempo y en el mismo plató que You’re the Next. En el corto aparecen director y guionista haciendo de sí mismos, y discurriendo de qué porras puede tratar un corto basado en una letra con tan poca salida en inglés como la Q, hasta que se les ocurre hacer algo forzado pero salvaje. En realidad no se lo curraron mucho, pero resolvieron la papeleta con cierto ingenio. Tangencialmente también tienen presencia de otro modo: en los agradecimientos del corto de Nacho Vigalondo, A is for Apocalypse.
En The ABCs of Death 2 ya no han participado.
THE GUEST (2014)
Sin repetirse, sin abandonar el terror, pero adentrándose en nuevos territorios, así es The Guest. Mezcla entre Terminator, Halloween, El padrastro o La sombra de una duda, cuenta la historia de una familia en horas bajas por la muerte de su hijo mayor en las campañas guerreras de Estados Unidos en Oriente Medio, a la que llega (corriendo y sin sudar, literalmente) un joven extraño que dice haber sido compañero del fallecido, y que, desde el primer momento, se pone a arreglarles la vida a todos. Pero el “invitado” no es Michael Landon enAutopista hacia el cielo, sino un psicópata al que se ha sometido a alguna clase de oscuro tratamiento tipo Soldado universal, y que en cuanto surgen los primeros contratiempos no dudará en dejar un reguero de muertos…
Si You’re Next me pareció estupenda, creo que The Guest es aún más redonda, con sus sesgo indisimulado hacia el thriller de acción, y la excelente e inquietante interpretación de Dan Stevens. Comparada con Drive (supongo que sobre todo por la manera en que Adam Wingard selecciona su banda sonora, muy afín con Nicolas Winding Refn, pensemos también, por ejemplo, en la música de Bronson), The Guest captura por completo el beat de las películas de los 80, con su vibrante collage de elementos de cine de terror, comedia negra, teen movie, actioner o thriller de ciencia ficción, su puesta en escena entre la modernidad del video, el cómic y los viejos trucos de la era del VHS, sus arrebatos de violencia y sangre y sus interludios de escenas tensas en la intimidad doméstica, sus estereotipos tan reconocibles y a la vez tan digeribles… Wingard y Barrett han hecho su pastiche definitivo, el mejor posible.
Mención aparte merece su banda sonora, compuesta por temazos dark wave, góticos y techno ochenteros como Clan of Xymox, Sisters of Mercy, Love & Rockets, DAF o Front 242, con incorporaciones de artistas de ahora que suenan como entonces, como Annie o SURVIVE.
Cómodos con la serie B
Su planteamiento de carrera pasa por no omitir ningún paso. Con una modestia encomiable y perfectamente conocedores del orden de lo que están haciendo, Wingard y Barrett admiten que “prefieren tener un par de referencia más antes de intentar hacer una película de acción de mayor presupuesto”. En la red se rumorea (o algo más) que les han ofrecido encargarse del remake americano de I Saw the Devil. Asumo que es cierto, pero no me extrañaría que antes de abordar esa película llegáramos a ver otra más de bajo presupuesto. Su título, en principio, podría se The Woods.
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