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Hombres lobo sin hacer uso de CGI, todo maquillaje, latex y animatrónicos, aire a película de los 80, el misterio de la identidad del licántropo dentro de una pequeña comunidad residencial de jubilados, y la lucha de un hombre ciego y cansado, cuyo perro lazarillo ha sido matado por la bestia… son los ingredientes de esta humilde aportación de Adrián García Bogliano a la actual tendencia a la regreación del cine que veíamos de adolescentes.

Después de una década convertido en uno de los perros verdes del último cine argentino, desde la marginalidad de nuestro género favorito (el nuestro, y el suyo), el director español afincado en Buenos Aires Adrian García Bogliano parece haber iniciado una etapa de diversificación internacional de su trabajo. Tras trabajar la mayor parte de su carrera en Argentina y muy especialmente bajo el estandarte de Paura Flics, la productora que creó junto a Hernán Moyano, de unos años a esta parte le hemos visto dirigiendo películas en Costa Rica (Donde duerme el horror), México (la interesante Ahí va el diablo) y ahora, finalmente, presenta su primera película en inglés y producida en Estados Unidos: Late Phases. Esto, si no contamos su aportación a The ABC of Death, la letra B is for Bigfoot, que era un corto que realmente no era norteamericano.

Late Phases puede ser entendido, ante todo, como un homenaje a las películas de hombres lobo de los 80, porque así es como luce, no tanto en un ejercicio de mimesis como de cariño y nostalgia. En concreto la sombra de Aullidos (The Howling, 1980, Joe Dante), e incluso la también muy recordada Miedo azul (Silver Bullet, 1985, de Daniel Attias). A los que hemos seguido la carrera de Bogliano esto no nos coge por sorpresa, sabemos que es un gran fan del cine de terror de la década de los 80. El diseño de los hombres lobo, obra de Robert Kurtzman, está evidentemente inspirado en el ya clásico de Rick Baker para Aullidos, con maquillaje corporal completo 100% orgánico, nada CGI, orejas puntiagudas y morro de lobo prominente. Es más: hasta la situación (el pueblo cerrado) remite a ese título, como otros elementos remiten a la también citada Miedo azul, como por ejemplo el esquema whodunit o “adivina quién es el hombre lobo”.  Otros aspectos formales de la película, como la fotografía y la puesta en escena, también evocan a aquella época, en las escenas de asalto de los hombres lobo a la casa incluso referenciándose con las películas de Paul Kersey de Charles Bronson.

El homenaje tan solo cojea, por decirlo de alguna manera, por la falta de ese mismo feeling de los 80 en su guión, cuyo autor es Eric Stolze, el mismo guionista que hace un par de año se cargó también una interesante premisa (un niño cree que debajo de su cama vive un terrible monstruo; años más tarde, ya de adulto, regresa a casa de sus padres para probarlo) con un mal desarrollo en Under the Bed (de Steven C. Miller). Debe ser que no me gusta Stolze, y por eso no disfruto del lento divagar del guion de Late Phases, en el que se le olvida de las premisas principales de las películas de hombres lobo a las que homenajea, como la metáfora (el lobo humano como representación de lo ancestral –Lobos humanos-, del neoliberalismo –El hombre lobo de Washington– de la brutalidad reprimida o de todo ello junto, como esa nueva raza de Aullidos), la fiereza y la carne (la caperucita para adultos de En compañía de lobos), o simplemente, no menos importante, del entretenimiento. Aquí, por el contrario, toda la sustancia se pone en retratar con cierta sorna propia de una comedia de situación, y muy reiterativo, al invidente protagonista, émulo del antihéroe poco sociable Walt Kowalski de Grand Torino (2008, de Clint Eastwood). También encuentro personajes y situaciones de lo más desaprovechados y las soluciones del último tramo muy precipitadas. Al final, la película es como la propia luna: pasa por fases de plenitud, pero hay otros momentos entre medias en que realmente hay poco que ver.

Y da rabia, porque más allá de eso la película abunda en elementos para resultar simpática y disfrutable a los espectadores que le tengan cariño a esta estética y aquellas películas.  En los momentos de luna llena, es decir al principio y al final, la película gana muchos enteros, y entre tanto siempre cabe quedarse con la interpretación de Nick Damici, el actor fetiche de Jim Mickle (sale en todas sus películas), que aquí representa convenientemente maquillado a un hombre mucho mayor que él, y lo hace con pocos gestos pero mucha ironía (ese ciego, impávido, que usa una pala en lugar de un bastón, es como una versión gruñona y enfadada con la vida de un Zatoichi).

Hay una transformación, resuelta mediante animatrónicos y maquillaje, como debe ser. Y aunque resulta una versión de segunda división de la mítica transformación de Un hombre lobo americano en Londres (An American Werewolf in London, 1981, de John Landis), se agradece el esfuerzo. Tendemos a pensar que gracias a la tecnología rodar hoy por hoy una escena como aquella es algo al alcance de cualquiera, y posiblemente es verdad… haciendo uso del ordenador. Pero filmar algo así en vivo, mediante trucajes… Hay que echarle un par de huevos.

El proyecto es un encargo, Zak Zeman (uno de los productores de la serie V/H/S) contrató a García Bogliano para Dark Sky Films, y por entonces la película ya estaba bastante definida, incluso estaba resuelto el reparto de los personajes principales (entre ellos habían fichado a Damici). Coproduce Glass Eye Pix, es decir: Larry Fessenden, que como de costumbre tiene un cameo en la película como vendedor de lápidas. Seguramente será una película que le abrirá muchas puertas en Estados Unidos al director español. Y hablando de cameos y secundarios curiosos, también encontramos a Tina Louise, ya mayorcita, actriz muy conocida en Estados Unidos por La isla de Gilligan (Gilligan’s Island, 1964 – 1967); o a Dana Ashbrook (Twin Peaks) y a Tom Noonan (Man Hunter).

Late Phases supone otra oportunidad para la celebración colectiva de la nostalgia, y lo hace sin más pretensiones que la de contar esta nueva historia de un hombre ciego y mayor contra un hombre lobo, y hacerlo con suspense y humor a partes iguales. Es un título menor para este subgénero, pero ya saben lo que dijeron del paseo de aquel astronauta: y un gran paso para su director, y para los que buscamos latex en los FX como si fueran maná del cielo.

Hasta la próxima luna llena.

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2 thoughts on “Late Phases (de Adrián García Bogliano)

    1. Nos tememos que esta película, a pesar de ser muy interesante, no ha sido muy distribuida en los países hispanos. En DVD y BD puede obtenerse en ediciones de Estados Unidos, Alemania, Reino Unido y Australia. MPI Home Media en los USA tiene una edición tanto en DVD como en BD que lleva subtítulos en español, si para ti no fuera problema reproducir región 1, puede ser buena opción. El título de esta edición doméstica, por cierto, se ha ampliado a “Late Phases: Night of the Lone Wolf”. Subtitulada en español también puede ser encontrada por métodos no-oficiales.

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