Durante toda mi vida me he dedicado a explorar (y escarbar) en la filmografía del cine de terror y fantástico de las décadas de los 70’s, 80’s y 90’s. (a través de mis fanzines, blogs y colaborando en fanzines y webs ajenas) Así que en el aburrido 2014 no se me ocurrió nada mejor que revisar todo el cine de género comprendido entre el 2000 y el 2010 repasando mis pelis favoritas, dando una segunda oportunidad a pelis que en su momento no me acabaron de convencer e incluso dignándome a visionar pelis que había descartado por siempre ver en su momento. Así que buceando en mis archivos (algo más de 5.000 pelis de todos los géneros, recopiladas en los últimos diez años prácticamente, número final mermado por sucesivas mudanzas que acabaron con mi colección completa de VHS y parte de la de DVD’s) me dediqué en exclusiva a ello una buena temporada. El resultado de este ejercicio de revisión lo tenéis a continuación:
Que mejor que empezar este repaso con Cherry Falls (2000) como uno de los últimos coletazos del revival del slasher de los 90’s (ya sabeis, el éxito de Scream y sus derivados) que nos traía un simpático artefacto a veces delirante y otras sugestivo que en su día fue Nº1 de la taquilla USA y hoy parece que pocos quieren acordarse del film, lo cual no tiene mucho sentido porque a pesar de que no es una obra maestra a cualquier fan del slasher (y del cine de terror juvenil en general) debería tener siempre en cuenta, al menos si hablamos de la filmografía de este milenio. No en vano una peli de psicópata estrafalario protagonizada por una morbosa y bella Brittany Murphy y un mítico Michael Biehn (si, chicos, el guaperas de Terminator) ya debe pasar a la historia pero si a eso añadimos sexo fetichista (la escena de la Murphy con su noviete y sus piececitos desnudos), atisbos de incesto (ese Biehn algo más que encantado con su preciosa hijita) y el delirante psicópata de turno (tan ridículo que hasta llega a fascinar) tenemos un slasher que aunque rodado al calor de la moda imperante vuelve a dar una nueva vuelta de tuerca al asunto del desmadrado sexo adolescente (aquí los jovenzuelos organizan una fiesta para perder la virginidad todo el instituto entero ya que el psicópata del film se dedica a matar vírgenes…) aunque como casi siempre acaba en coitus interruptus…
Más retorcida, y mejor, resulta The Hole (2001) peli de falso sabor británico (aunque rodada en UK mimetiza el cine americano por completo) protagonizada por otra morbosa, en este caso Thora Birch (si, la tetuda de American Beauty), y con un guión con el típico giro sorprendente a mitad de metraje (muy influido por “La Dos Caras de la Verdad“). La cosa va de cuatro jóvenes que desaparecen de un instituto pijo británico y solo aparece la Birch hecha unos zorros y contando una extraña historia en la que los jovenzuelos se encierran por voluntad propia en un olvidado sótano en medio del campo (?) mientras en sus vidas se ocultan secretas pasiones y tensiones sexuales sin resolver. Un film donde tenemos a una rubia Keira Knightley dando la réplica a la Birch y cuyo DVD es imprescindible al incluir un final alternativo mucho mejor que el finalmente estrenado.
The Necrofiles 2: Lust Never Dies (2003) es en cambio una serie Z hecha a medias entre Ron Carlo (que se encarga de la dirección, los FX y la fotografía) y Todd Tjersland (que escribe el guión y produce y que en sus ratos libres escribe libros sobre cine chungo) que intenta mezclar porno y gore pero claro el porno es pseudoporno (pollas de latex, falsas eyaculaciones con gel de baño) y el gore unas veces está currado y otras veces se nota el ketchup de bote. Aún así puro delirio demencial muy disfrutable porque el argumento (un tipo orina y vomita sobre una tumba y así hace revivir a un zombi en perpetuo estado de excitación sexual, de ahí el subtítulo del film, que se pasea con un pene enorme violando y devorando a toda chica que se cruza en su camino) no tiene desperdicio llegando a esa escena impagable en que el zombi protagonista entra en una casa, sorprende a una pareja practicando el sexo y le arranca al chico el pene para con él violar a la chica. Ya digo, pocas pelis más estrafalarias y divertidas nos trajo el nuevo milenio, sobre todo si hablamos del cine más underground. Lo curioso del asunto es que la Edición Especial en DVD (yo tengo una rara edición holandesa que me facilitó en su día mi buen amigo Rob Garcia) incluye algo más de media hora de Escenas Eliminadas que incluyen momentos de sexo y sangre mucho mejores que los del film (???), de haberse incluido esas escenas la peli hubiera quedado infinitamente mejor. Desde luego prefiero este film de falso porno-gore a engendros como Porn of The Dead (porno de verdad pero escaso de imaginación y diversión). Aunque, claro, nada superará Hardgore(AKA GoreWhore) de 1974, film porno setentero con delirantes toques gore (pasó a la historia por esa escena donde un tipo sodomiza a una chica tumbada en una guillotina y cuando decapita a la chavala el tipo eyacula sobre ella en un orgamo puramente psicodélico, cosas de la época)
They (Ellos), de 2002, es sin embargo terror duro, serio, ambicioso. Es una pena que nadie reivindique este film (dirigido por Robert Harmon, hoy dedicado a la tele, y escrito por Brendan Hood, prácticamente desaparecido del mapa) que yo, y no exagero, pondría en mi lista de favoritos históricos justo detrás de la Santa Trinidad del terror duro (o sea: El Exorcista, El Ente y Al Final de la Escalera). Uno de los alicientes del film, aparte de su fascinante guión, sus buenos FX y ese final inesperado, es Laura Regan, su rubia protagonista. Es curioso porque es una actriz que no ha destacado nunca (su breve aparición en Silencio Desde El Mal es quizá lo mejorcito que ha hecho después de They) y sin embargo aquí lo da todo y le da un toque erótico-entrañable a la historia (algo así como la hermana dulce de la Sara Paxton de The Inkeepers, por hablar de rubias con el pelo corto protagonizando pelis de terror…). They (no confundir con el bodrio protagonizado por Christina Ricci del mismo título) es uno de esos films que es mejor ver que explicar, porque se disfruta todo el metraje por completo (y si puedes píllate el DVD con el final alternativo ¡que no tiene desperdicio!)
Innocence (2004), con este film solo se me ocurren teorías enfermizas y bizarras. Vereis, la peli empieza con una niña asiática de 7 años metida en un ataud en braguitas. Unas niñas con uniforme escolar abren el ataud y la sacan de allí. Es una de las recien llegadas a un extraño colegio donde un montón de niñas se dedican más que nada a aprender ballet, y no parece que hagan otra cosa. Bueno, si, preguntárse qué hacen allí a merced de un par de profesoras (una de ellas coja) que tampoco aclaran mucho las cosas. Además las niñas mayorcitas pasan algunas noches bailando para “clientela selecta” que paga por verlas (???). Si además a esto añadimos los lazos de colores que clasifican a las niñas por edades…en fin, mucho esteticismo fetichista (los uniformes, las trenzas, los lazos), unas niñas que actuan muy naturalmente (como es habitual en el cine francés) y una Marion Cotillard en un escueto papel antes de hacerse famosa…
Eso si, la escena cumbre es cuando Bianca (la niña mayor y protagonista del tercio final) se tumba en su cama una noche (tras una de las misteriosas actuaciones en el teatro para “clientela selecta”) y se pone un guante que ha encontrado en el teatro. Acto seguido mira un hombre desnudo dibujado en un papel y se acaricia los muslos…
No menos enigmático es el final con las niñas mayores saliendo del colegio a través de un misterioso tren de metro y llegan a una plaza con fuentes donde Bianca se baña medio desnuda y allí sonríe a un chico que se encuentra por ahí…
Vamos, el film recuerda por momentos a cosas como El Despertar del Amor (con este film comparte muchos detalles) o Cracks, solo que aquí el argumento se me escapa…eso si, fascinante la experiencia de visionado, sobre todo porque consigue algo que el arte cinematográfico pocas veces nos da: imaginar el argumento y darle nuestro propio significado a lo que vemos. ¡Igual esa era la intención! La cosa es que Innocence es uno de los films más enigmáticos del nuevo milenio, inclasificable y lo mejor de todo: abierto a todo tipo de interpretaciones. Si algún día lo veis ya me contaréis que habéis sacado en claro…
Reencarnación (2004), del elogiado por Sexy Beast Jonathan Glazer, es uno de esos films que de vez en cuando me sorprenden casi sin esperarlo. Protagonizada por una guapa Nicole Kidman, con el pelo a lo garçon, el argumento ya dice mucho: una mujer que hace diez años perdió a su prometido al ser asesinado en un parque mientras hacía deporte y que ahora se va a casar con otro ve su vida patas arriba cuando aparece un niño de diez años en su casa que dice ser su esposo (reencarnado, claro) y lo demuestra…, a partir de ahí inquietantes dudas, sospechas, momentos incómodos y/o sobrenaturales y un ambiente lleno de deliciosa fría fascinación (el film tiene una estética muy a lo Kubrick, que unido a que la Kidman fue la prota de su film póstumo…). Además tiene uno de los finales más logrados que he visto jamás y en fin, no todos los días podemos ver a la Kidman flirteando y morreándose con un niño de diez años. (también debería añadir aquí Invasión, la nueva versión de La Invasión de los Ultracuerpos con la Kidman ya de melena corta rubia con Craig David al lado y el pequeño papel-homenaje a Veronica Cartwright, que apareciera en la versión de finales de los 70’s con Donald Sutherland, cuyo polémico estreno se vió seguido de una avalancha de malas críticas y de inevitable fracaso comercial. Bien, a pesar del decepcionante final feliz a mí me hizo disfrutar de lo lindo)
The Messengers (2006) es un film que tuve que ver dos veces para apreciar su valía. La primera vez me dejó algo frío (quizá porque la visioné con enormes prejuicios precisamente por estar protagonizada por Kristen Stewart, la prota de la ridícula y bochornosa Crepúsculo) pero la segunda y tercera vez la disfruté a tope: ese estupendo prólogo en blanco y negro (que insinúa cosas que luego no son lo que parecen), la magnífica banda sonora de Joseph LoDuca, esa escena de la Stewart con su hermanito en brazos en el pasillo en medio de la oscuridad, la inquietante presencia de William B. Davis (“el fumador “de Expediente X)…en fin, quizá el mejor de los films de la productora de Sam Raimi y Rob Tapert (Ghost House) y que a pesar de las deudas evidentes en el argumento con “Terror en Amityville” y del éxito inesperado en taquilla, debe contentar a todo degustador de historias de terror clásico y de toda la vida (y la ausencia de sangre y sexo por primera vez no supone para mí un gran problema). Lo mejor es que su secuela, The Messengers 2: The Scarecrow (2008) también me gustó (incluso por momentos más que la primera) si bien la historia poco o nada tiene que ver (aparte de la presencia de cuervos y de ambientarse en una granja con maizales) con la primera peli (aquí es otra familia con otros problemas) pero al menos gana algo más en originalidad: el padre de familia agobiado por deudas y mala suerte coloca un espantapájaros de lo más siniestro en su maizal (azuzado por un inquietante vecino misterioso) y a partir de ese momento su suerte cambia (a costa de la muerte de otros, claro) y todo parece ser debido a los “poderes ocultos” del espantapájaros con el que pareciera que hubiera hecho un pacto diabólico por el cual el éxito solo tenía que tener como contrapartida la muerte de todo el que se interponga en el camino del protagonista…Si, ya sé que hay muchas pelis de espantapájaros siniestros (empezando por la mítica Zona Restringida de los 80’s, que siempre pondré de ejemplo como joyita de culto imprescindible) pero este pequeño film de serie B tiene su encanto y resulta aún más clásico que el film inicial y encima le han añadido toques de sexo y sangre, toques insuficientes a mi modo de ver pero que se agradecen. La estupenda Banda Sonora corrió de nuevo a cargo de Jospeh LoDuca.
The Secret (2007) es en cambio una extraña producción de la EuropaCorp de Luc Besson, encima fue la segunda peli como director de Vincent Perez (muy olvidado en el cine USA desde su intervención en la saga The Crow) y se trata del remake de un film titulado “Himitsu” de un tal Yojiro Takita (basado a su vez en una novela de Keigo Higashino), peli que no he visto. El argumento es de lo más atractivo: David Duchovny es oculista y está casado con Lili Taylor que es fotógrafa. Tienen una hija de 16 años y en un accidente de tráfico la madre muere y su espíritu acaba en el cuerpo de su hija…vamos, algo así como la versión siniestra de “Freaky Friday” de la Disney (la primera versión protagonizada por una adolescente Jodie Foster, la segunda por Jamie Lee Curtis y Lindsay Lohan y titulada aquí “Ponte en mi Lugar”). Lo mejor del asunto es explorar la incestuosa relación que se plantea entre el marido y su no tan difunta esposa convertida ahora, a efectos oficiales y legales, en su hija de 16 años (en la peli ella dice ser el sueño de todo hombre “una mujer madura en el cuerpo de una chica de 16 años”)…y aunque el film en ese asunto (que es el gran asunto en realidad de la historia), no se atreve a ir más allá de lo Políticamente Correcto (que es el término que se inventaron los medios para denominar a la censura cuando “censura” se convirtió en una palabra anticuada, incómoda y poco moderna). Una pena la poca valentía de los responsables del film porque quitando el elemento incestuoso la historia se queda en nada. Es la típica peli que ves esperando que te sorprendan (en este caso con agudos debates psico-morales) y luego te decepciona profundamente. Aún así una de esas pelis dignas de verse que siempre lamentaremos que no se convirtieran en auténticas joyas de calidad.
Juego Demoníaco (2007) cuyo título original mola más: “Dead Mary” es otra de esas pelis que suelen pasar desapercibidas por el mercado del DVD y que muchos ya tacharían de bodrio sin darle una oportunidad. El film está protagonizado por Dominique Swain (o sea, la Lolita de la versión de Adrian Lyne) que es el reclamo publicitario (pero salvo la fetichista escena inicial, ¿quizá un homenaje inconsciente a Lolita?, la Swain no enseña nada) pero la peli va de un grupo de amigos que van a pasar un fin de semana de diversión en una cabaña (lo sé, no es muy original ¿verdad?) y acaban jugando a un juego, “dead mary”, en el que deben convocar a oscuras frente a un espejo y una vela a la tal mary, bruja de leyenda. Como no podía ser de otra manera lo que empezó como una broma acaba como el rosario de la Aurora (o más bien como otro derivado de Posesión Infernal) ya que empiezan a ser poseidos uno por uno los jovenzuelos y a morir de forma horrorosa…Y bien, algunos ya pensarán el por qué destaco un film que parece otro plagio rutinario de la mítica peli de Sam Raimi…Pues bien, lo hago porque la primera parte del film está llena de diálogos…y no, por una vez no son diálogos de relleno y tienen mucho sentido (y hasta interés) lo cual lo convierte en una rareza dentro del género (habituado al relleno coloquial y a aburrinos con charlas intrascendentes entre post-adolescentes a la espera de ser descuartizados…) y merece un halago ¿no? En cualquier caso también es una pena que la preciosa Swain acabará protagonizando pelis que seguro que solo hace para llegar a fin de mes…
The Alphabet Killer, una peli incomprendida a la que debo un mayor analisis:
Más que El Silencio de los Corderos (1991) fue Seven (1995) la culpable de una horda de pelis donde parecían que sólo se buscaba al psicópata asesino más retorcido y aberrante. Seven así fue como la Pulp Fiction del psychothriller (rimbombante palabro para designar un género harto manido) y salieron copias como churros. El delirio a finales de los 90’s llegó hasta Resurrection (1999) engendro de lo más simpático, protagonizado por el cara de palo de Christopher Lambert, donde el psicópata de turno quería reconstruir el cuerpo de Cristo con pedazos de cadáveres (!!!)
Cuando ya en el nuevo milenio parecía que esto de los psicópatas resbuscados (y los polis obsesionados) había pasado de moda (o solo se podía encontrar en los fantasmales videoclubs de la era del pirateo digital) unas cuantas pelis nos recordaron que el género podía estar muerto pero no enterrado. Entre los films que nos llegaron (o no llegaron) estaban cosas como Anamorph (2007) protagonizado por un Willem Dafoe alcohólico y maniático de la limpieza a la caza de un psicópata con aspiraciones artísticas (en cuanto a la escultura gore, claro) o WAZ donde la guapísima Melissa George perseguía a un psicópata por Nueva York que mataba a base de ecuaciones matemáticas (???)
Así llegamos al 2008 donde se estrena The Alphabet Killer dirigida por Rob Schmidt, escrita por Tom Malloy (odiado por muchos fans del fantástico por su guión para The Attic, supuesto engendro para el mercado del vídeo ya que yo no lo he visto ni tengo prisa en hacerlo) y protagonizada por la preciosa Eliza Dushku (que ya había trabajado con Schmidt en esa pieza de culto titulada Wrong Turn y traducida aquí, con muy poca imaginación, como KM. 666)
The Alphabet Killer es la historia de una bonita investigadora (la Dushku, claro) que se obsesiona con el crimen de una niña violada y asesinada. Tanto se obsesiona la Dushku que acaba sufriendo una esquizofrenia galopante que la obliga a dejar su trabajo y su vida…un par de años después (mientras la Dushku se limita a trabajar degradada entre papeleo burocrático) otra niña aparece violada y asesinada y la Dushku acaba de nuevo involucrada en el caso (después de años de terapia que supuestamente la sacaron del manicomio) y perdiendo la razón una vez más…pero claro esta vez averiguará algo más antes de acabar como una puta cabra amarrada de nuevo a una cama del psiquiátrico más cercano…
The Alphabet Killer se estrenó en España en la Semana de Terror de San Sebastian y tras llevarse una buena somanta de palos jamás se ha vuelto a ver el film por nuestro país (yo la copia que tengo es con subtitulos en castellano) y no tengo noticia de que jamás se haya visto más allá de aquel festival hispano en nuestro territorio. Yo la peli la ví en su día sin saber nada de ella y me encantó. Ahora pasados los años volví a revisarla y me sigue encantando. Sin embargo a la amplia mayoria de fans del fantástico mundial el film les parece una basura infumable. Y eso no lo entiendo.
Los 98 minutos de metraje no solo están condimentados con la hermosa presencia de la Dushku sino con una historia que a pesar de los tópicos del género es original en el sentido de que nuestra investigadora maciza está más loca que el psicópata de turno (que en realidad más que psicópata es un simple pederasta que de vez en cuando da rienda suelta a sus instintos) y de hecho ella sola se inventa el caso, pues la realidad es mucho más simple que sus retorcidas teorías (cosa que aprovechará el asesino de niñas), lo cual tiene su gracia, ya que no estamos ante un malo malísimo ingenioso e inquietante sino más bien ante un desgraciao miserable y torpón perseguido por una tia buenorra que está muy mal de la cabeza…
Así podemos admirar a Eliza Dushku con elegantes trajes pantalón y uniformes de poli dando rienda suelta a nuestro fetichismo sexual más enfermizo. Y es que la Dushku está realmente preciosa en este film y solo por ello la peli ya adquiere categoria de culto absoluto. Pero además la interpretación de la Dushku (impagables sus idas de olla) es espléndida (nunca una chica tan guapa había estado tan loca…y sexy). Aparte de la Dushku contamos con unos actores peculiares: Michael Ironside como eterno antipático y duro del cine, Timothy Hutton en otro de sus papeles intrascendentes que compensa con su envidiable carisma y Martin Donovan en una especie de cameo catatónico…y Tom Noonan con su familiar calvorota.
Me encanta este film porque la Dushku se pasa todo el metraje dando palos de ciego, imaginando teorías dignas del mejor y retorcido psychothriller y siendo visitada por niñas muertas…Y lo más cachondo es que el film está inspirado en crímenes reales jamás resueltos (algo así como Zodiac pero con niñas y en plan modesto) lo que hace más inquietante el final del film (maravilloso el plano y contraplano donde el asesino de niñas sonrie a una niña para que ésta le sonría mientras comulga en la iglesia y acto seguido se pone muy serio dejando a la pobre niña algo más que perpleja…)
La Dushku casi haría una parodia de este papel cuando interpretara en la serie The Big Bang Theory a una agente del FBI que daba por saco a Sheldon y compañía y es que a esta chica lo de ser una agente de la autoridad la pone aún más guapa. Y es que The Alphabet Killer también podría verse como una irónica comedia donde el torpe asesino de la historia se ve superado en torpeza por la guapa policía protagonista. ¡Y luego dicen que este film es una mierda! Pero ¡si es una obra maestra de las interpretaciones contradictorias!
En fin, quien no haya visto la película está viviendo en pecado. Más que nada porque es un buen film para pasar el rato y tocarse impuramente ante la esplendorosa belleza de la Dushku. Pocas actrices son tan guapas y actuan tan bien, más en un papel difícil como este donde uno nunca sabe donde acaba la brillantez y empieza el ridículo…
La gente ha ignorado esta peli durante estos años pero yo la reivindico. Es una joyita en mi colección, como lo era Wrong Turn. Por cierto, Tom Malloy (guionista, productor y actor en el film) aprovechó su condición de guionista para hacer que la Dushku lo morrearse en una escena sin venir a cuento. Así también quiero yo ser guionista de Hollywood!
¿Pelis que en su día no quise ver y que ahora he dado una oportunidad? Una de esas es The Daisy Chain de 2008 (que creo que no ha llegado a estrenarse en España) protagonizada por Samantha Morton (a la que muchos descubrimos en Minority Report) que aquí aparece preñada hasta las trancas y huye del ruidoso Londres con su marido para tener al hijo en una apartada casa de un pueblecito en el culo del mundo (vamos, donde Cristo perdió el mechero). Allí la Morton conocerá a una enigmática niña autista, la tal Daisy, que algunos paletos locales temen porque dicen que es una “hija de las hadas” (algo relacionado con leyendas locales), y eso quiere decir que la niña a veces le da por hacer ciertas cabronadas donde la gente acaba quemada viva o ahogada en el mar. ¿Será cierto?¿O los paletos del lugar fuman crack? La verdad es que el film es agradable de ver a pesar de la sosería habitual del paisaje costero de las islas británicas, entre otras cosas porque la Morton es una gran actriz y porque la niña cabrona borda su papel. Dirigida por una tal Aisling Walsh la peli pasó sin pena ni gloria por el saturado mercado del DVD de género. Sin embargo pasé un buen rato con esta extraña historia de supuestas hadas malvadas. Para mí desde ya un pequeño clásico de culto.
Y para terminar Altitude (2010), un film modesto que ocurre casi por completo en el interior de una avioneta que lleva a un grupo de jóvenes amigos a un fin de semana genial…hasta que se cruza con una extraña tormenta (al estilo de “El Final de la Cuenta Atrás”) y empiezan a ocurrir cosas imprevistas (entre ellas enfrentarse a una especie de monstruo lovecraftiano que apenas se ve). El encanto del film son sus modestas pretensiones y lo logrado que está el ambiente sofocante y agobiante de los protas en un espacio tan reducido. Bien es cierto que el metraje es excesivo (90 largos minutos) y que con algún recorte hubiera quedado aún mejor. Ideal para ver en doble sesión con The Frozen (2012), aquella peli de grupo de jóvenes atrapados en un telesilla en medio de la nieve y que las pasan canutas para sobrevivir…
En fin, queridos lectores, en este repaso me dejo en el tintero pelis como la francesa El Internado (2004), un par de pelis estupendas de la Dark Castle (13 Fantasmas y La Casa de Cera), el pseudo-remake de El Día de los Muertos (Day Of The Dead de 2008 protagonizado por Mena Suvari y dirigido por el mito viviente de Steve Miner), la sorpresa ingeniosa de El Efecto Mariposa 3 (2009), casi tan buena como la original, y golosinas muy americanas como El Enviado o El Escondite (ambas con Robert De Niro de por medio) por no hablar de fetiches mitómanos como Dark Corners (con un doble papel de rubia/morena para Thora Birch) o In A Dark Place, ambas de 2006, (enésima versión de “Otra Vuelta de Tuerca” de Henry James pero ahora protagonizada por una morbosa y lésbica Leelee Sobieski). También es injusto no hablar de la curiosa Zombies de 2006 (con una Chloe Moretz aún muy niña), La Huérfana (2009), Deadgirl (2009) o el remake Cuando Llama Un Extraño de 2006 (a mí me encanta su ambiente, aunque la recta final sea mediocre y decepcionante…pero comparado con Una Noche Para Morir, remake de la mítica Prom Night, es casi una obra maestra)…Pero entonces ¡este artículo no se acabaría nunca!
Posdata: No quiero dejar esto así sin reivindicar Supernova: El Fin del Universo (1999) que técnicamente no pertenece al nuevo milenio pero como si lo fuera. Y es que descubrir este film, que iba para blockbuster, en un videoclub de la época y preguntarme qué hacía algo así de repente allí sin haber tenido noticia de ello antes me intrigó. Luego cuando descubrí que era un film dirigido por Walter Hill pero que se había desentendido de él firmando con otro nombre, creo que Thomas Lee, y los problemas que atravesó la peli entendí mejor porque me encontraba con una cinta hecha con dinero pero que había pasado silenciosamente por el mercado…a mí sin embargo el film me encanta (si, ya sé que tiene mucho de Solaris pero es que Solaris, la historia, ¡mola mucho!) no ya por el siempre inquietante James Spader o la belleza (por fin se desnuda en pantalla) Robin Tunney (prota de “Jóvenes y Brujas”, aquella peli hoy muy olvidada pero que junto con Scream revitalizó el cine de terror juvenil) sino por los FX, la apasionante historia y su logrado ambiente (aunque es verdad que el montaje a veces canta y se pasa de una escena a otra teniendo la sensación de que falta metraje de por medio). En fin, quería aprovechar el momento para reivindicar esta peli que creo que nadie a reivindicado lo suficiente…
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