Wonder Woman (2017), de Patty Jenkins

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Hasta ahora el intento de DC de explotar de una manera cinematográfica su universo de comic en competencia directa con el de Marvel. había obtenido unos resultados agridulces. El enorme éxito de la trilogía de Batman de Christopher Nolan apenas consolaba, ya que parecía un universo aparte, y de éxitos aislados con Batman y Superman la casa sí tenía experiencia. Pero el grueso del universo, el que se está formando en torno al proyecto de la Liga de la Justicia, y que supone que Batman, Superman, Linterna Verde y todos los demás viven en el mismo tiempo y universo, había tenido que conformarse con las buenas críticas tanto de Men of Steel como de Batman v Superman. Oh, sí: el Escuadrón Suicida no valió ni como abono. Sin perder el terreno ante los críticos que tan favorablemente se ha ganado Zack Snyder, lo que DC necesitaba desesperadamente era complacer a los fans, lo que Zack Snyder no ha sabido aportar. Ahora llega Wonder Woman, y por fin eso se ha producido: ésta es la primera película de superhéroes DC (sin contar, insisto, a las de Nolan, que iban por libre), que está gustando a todo el mundo.

El primer problema del universo extendido de DC es lo incansablemente oscuro y arenoso que es. Desde (ahora sí la incluyo) la trilogía Batman de Christopher Nolan, el estudio de cine Warner Bros. ha insistido evidentemente en que los superhéroes trágicos y malhumorados se torturen ante los dilemas morales. Afortunadamente, esa tradición ha quedado atrás con la última entrada en el DCEU, Wonder Woman. La icónica princesa amazónica sólo tuvo una introducción en Batman v Superman: Dawn of Justice. No había espacio para explorar su historia de fondo durante los más de 151 minutos de tiempo de ejecución. Como resultado, esto fue una bendición para nosotros, ya que la historia de origen completa de Wonder Woman definitivamente mereció su propia película. ¡Y qué película es!

A partir de la exuberante y oculta isla de Themyscira, la paleta de colores del primer acto de la Mujer Maravilla está impregnada de colores brillantes. Esto es a la vez un cambio refrescante de los tonos silenciados habituales que hemos llegado a esperar de las películas de DC y sirve como un contraste cuando la acción se mueve a Londres y Bélgica destrozada por la guerra. Pero de regreso al inicio, como nos presentan a la joven princesa amazónica Diana, la única hija de la isla. Diana anhela ser un guerrero, que su madre la reina Hippolyta (Connie Neilson), ha terminantemente prohibido. Pero el tren Diana hace, bajo la tutela secreta del General Amazonas, a su tía Antiope (Robin Wright) – hasta que la Princesa crecida se demuestra la más fuerte de todos los guerreros amazónicos.

Sin embargo, el destino lanza una llave en las obras cuando el capitán Steve Trevor (Chris Pine) accidente de aterrizaje en Themyscira, involuntariamente llevar el mundo exterior de hombre mortal con él. Después de salvar la vida del capitán Trevor, Diana y el resto de las Amazonas se involucran en una verdadera batalla épica en la playa con las fuerzas invasoras de la Era de la Primera Guerra Mundial. En posesión de información robada sobre un químico alemán conocido como Doctor Poison, el capitán Trevor necesita regresar a Londres para entregar la información a los viejos tipos blancos y alborotados a cargo del esfuerzo de guerra aliado. Una vez que Diana se entere de la Gran Guerra, decide decidirse a abandonar la isla con el capitán Trevor para cazar a las fuerzas que ella cree están sembrando discordia entre el Hombre para perpetuar la lucha. Mata a estos malos, termina la guerra.

Así comienza el viaje de Diana, tanto literal como figurativamente. Mientras viaja con el capitán Trevor, ella aprende más sobre sí misma y el extraño mundo en el que se encuentra. En este punto, ni siquiera puedo empezar a explicar lo espeluznante que es el retrato de Gal Gadot de la Mujer Maravilla. Ella es la perfección absoluta.

La Diana de Gadot es increíblemente hermosa y llena de una fuerza tranquila e inquebrantable. Lo que la hace tan entrañable es que ella es absolutamente inconsciente de lo hermosa que es. Esto no debe confundirse con la ingenuidad, aunque el mundo del hombre mortal es algo desconcertante para ella. En su lugar, Diana asume la carga de aprender sobre las tragedias de la Gran Guerra con la gracia y la determinación de mejorar las cosas.

La misión en sí es bastante sencilla: hacer el bien. Hay personas malas que hacen cosas malas, y la Mujer Maravilla debe detenerlas. Mientras el capitán Trevor y Diana se dirigen desde Themyscira a Londres y luego a la Bélgica ocupada por Alemania, Diana crece en convicción y carácter. La profundidad del sentimiento entre la pareja también crece y, cuando la historia de amor inevitable entra en acción, se siente maravillosamente natural. A pesar de ser una diosa literal, Diana trata al Capitán Trevor como un igual, y no hay desequilibrio de poder que normalmente viene con ser un interés amoroso de superhéroes. Es otro testimonio de la actuación impecable de Gadot que ella transmite todas estas emociones con sólo un capricho de su boca o contracción de una ceja.

Por desgracia, aunque Gadot puede ser la perfección personificada, lo mismo no se puede decir de la Mujer Maravilla de la película en su conjunto. Mientras que las escenas de lucha puede ser emocionantes, en tiros de ángulo más amplio hay un uso excesivo notable de pantalla verde y CGI. El tercer acto y la escena de la pelea final también serían mejorables, ya que esta último se habría beneficiado de un ritmo más estricto y menos monologuista. Dicho esto, las escenas de lucha realmente son emocionantes. Nunca hay un momento en que dudes que el poder del personaje y las acrobacias son posibles. Diana es una fuerza de la naturaleza, terrible y hermosa de contemplar. Nada la detiene.

No hay duda de que la directora Patty Jenkins maneja con habilidad el retrato de una superhéroe femenina. Aunque odio la frase “carácter femenino fuerte”, Jenkins ha elaborado el epítome de lo que un superhéroe femenino debe ser. No hay sacrificio del lado femenino de Diana, ni se cuestiona su feminidad. Su ser mujer no es la única motivación. En cambio, ella es un héroe poderoso e inspirador que resulta ser una mujer.

Después de todo el bombo, y subsiguiente let-down, de Batman v Superman, e incluso de Suicide Squad, Wonder Woman es un soplo de aire fresco. Puede haber algunas tonterías hacia el final, pero una trama directa, un héroe verdaderamente heroico, un montón de acción de borde de su asiento y una progresión de la historia maravillosamente natural hacen todo para un descanso bienvenido de la tradición de DCEU de la mediocridad.