Crónica del Nocturna 2016: IV Festival Internacional de Cine Fantástico de Madrid (23 al 29 de mayo)

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Ha sido tan solo la edición IV del Nocturna, el Festival Internacional de Cine Fantástico de Madrid, y ya nos ha dado el primer susto, con una edición salpicada de posibles síntomas de debilidad. Lo que es un hecho es que este año el Nocturna ha ido a menos: menos presupuesto (sospecho que mucho menos presupuesto), menos películas, menos invitados… y el persistente y seguramente envidioso rumor en el mundillo de que su dirección, el triunvirato Rosales-Alemán-Molina, no está todo lo unida que sería deseable. Las anteriores ediciones, especialmente las primeras, estuvieron esponsorizadas en su práctica totalidad por La Cruzada Entertainment, la compañía de José Luis Alemán. No es casual que uno de los dos premios que entrega el Nocturna sea precisamente una estatuilla de un cruzado, logotipo de la productora de Alemán (¡y hace muy bien! Si me costeo un festival y quiero un premio con mi cara, a ver quién me dice que no es lícito), y que el otro premio, así como la presencia leitmotiv del Festival, es Cthulhu, una de sus pasiones, como prueba su díptico La herencia Valdemar (y una pasión que compartimos y que enriquece al certamen madrileño dándole un toque de personalidad lovecrariana). Una fuente de financiación así es muy encomiable, y aunque nunca he hablado con José Luis Alemán, el tío debe de ser un soñador y un fan del fantástico de los que lo involucran todo en ello. Pero está claro que la sostenibilidad está comprometida, a no ser que el Festival dé cada año ganancias como para automantenerse. Este año han aparecido más patrocinadores, como Dark Souls, el nuevo canal de TV especializado de Buzz y De Angeles Films, y sin embargo se ha conseguido menos financiación que nunca. Si a eso le sumamos la prácticamente nula repercusión del Nocturna fuera del círculo de siempre, y que la poca promoción la hacemos prácticamente la gente de Internet… El certamen se encuentra ante un buen problema.

Les doy mi palabra de caballero de que digo todo esto sin ninguna alegría ni impostación en mi preocupación. Lo digo porque me inquieta, porque quiero que exista un Festival Nocturna en Madrid para siempre o incluso más, y encuentro maravilloso el esfuerzo que han hecho Luis Rosales, Sergio Molina y José Luis Alemán para que esto vuelva a suceder este año, incluso a pesar de las dificultades. Y lo digo deseoso de tenérmelo que tragar el año próximo y todos los siguientes (lo que en lenguaje de Internet llaman “un owned”). Al fin y al cabo, había gente que tampoco le auguraba una vida muy larga a la revista Scifiworld, y ya va por el número 92, así que de esto de mantener sueños ya debe de saber algo Luis Rosales. Y sobre todo lo digo porque, aunque no sea la típica cosa amable y buenrollista que se estila en esta clase de crónicas, coleguísimas siempre, este 2016 ha sido esa atmósfera de decadencia prematura la que ha gobernado gran parte de la edición.

Tampoco ha ayudado mucho a aliviar la penuria una desafortunada selección de películas, que han conformado la programación más floja de la corta serie histórica. Y un único invitado homenajeado, uno tan potente como John Landis, pero traído con el patrocinio de otros, y que por lo tanto tenía en Madrid una agenda en la que asistir a los actos del festival solo era una parte. Esto ocasionó, por ejemplo, que tuviera que cortarse bruscamente una firma de materiales de los fans porque al director de Granujas a todo ritmo le estaban esperando en cierto plató de televisión.

Y el eso que el emplazamiento del Festival es inmejorable: el cine Palafox está en pleno centro de la ciudad, y es el mejor cine que queda en Madrid, vinculado además en su historia con la organización de este tipo de acontecimientos (aquí tuvo también su sede el otro evento de la capital, la Muestra Syfy). Pero hay algo que no termina de consolidarse. Y desde luego ese algo no es el amor de los seguidores, que han sido incondicionales, como hemos podido observar en las distintas sesiones de esta semana:

Lunes 23

Primera jornada del Nocturna muy tibia, apenas un día para encontrarse con los amigos que también acuden al festival y aprovechar para actualizar relaciones sociales, porque además solo se proyectaba ¡una película!, aunque fuera lo nuevo de Gonzalo López-Gallego, que es un director que nos suele gustar: The Hollow Point, thriller fronterizo con sabor a western que no es lo más deslumbrante de su director, aunque resulta absolutamente correcta.

Inauguración, y pa’casita.

Martes 24

El martes fue proyectada Polder, la película que ganará esta edición. Un premio que personalmente no entiendo, ya que a mí me dijo más bien poco esta paranoia sobre un juego de realidad virtual que no me pareció sobresalir ni en su caótico y confuso guión, ni en el apartado técnico, ni en una atmósfera que no consigue en ningún momento.

De hecho hasta me gustó más la hongkonesa Keeper of Darkness, en 3D, mucho más entretenida y con acción, pero sobre todo con un aspecto visual mucho más trabajado.

Miercoles 25

Destacar de la programación de hoy Curse of the Sleeping Beauty, sobre todo por su primera mitad que es muy valiosa. Luego decae mucho. Una lástima, porque su ambientación y los diferentes misterios planteados al inicio hacían presagiar un cuento oscuro de lo más sugerente. Antes habíamos visto Patient, que no nos dijo gran cosa.

Jueves 26

Hoy ha sido un día más interesante. Se ha visto la interesante Sensoria, film de terror sobrenatural muy ambiental, melancólico y pesimista, que no fue lo bien recibida debido a su ritmo pausado, pero que a nosotros nos parece un debut mágnifico para Christian Hallman.

Por su parte Summer Camp, de Alberto Marini, ha resultado ser un divertimento enérgico y sorprendente, claro ejemplo de cine de terror juvenil hecho con la sagrada pretensión de entretener.

También sacamos tiempo, gracias al don de la ubicuidad (guiño, guiño) de ver la rusa Queen of Spades, un film anodino y poco original pero correcto, entre The Ring y Candyman, con el que la poco frecuente cinematografía rusa demuestra su capacidad para entrar también en temáticas de moda del cine de terror.

Antes de Summer Camp merece la pena señalar que se ha estrenado You’re Gonna Die Tonight, cortometraje de Sergio Morcillo, un joven cortometrajista al que hemos visto ir formándose y madurando desde los tiempos en que rodaba con cámaras domésticas, y que paso a paso está llegando a ser una promesa, y este nuevo corto, de nuevo un buen slasher como los que a Sergio le gustan (gran fan de Scream), es otro paso más en esa dirección.

Viernes 27

Lo más destacado con diferencia de la jornada ha sido sin duda la visita de John Landis, que por la mañana estuvo codo con codo con Gerardo Santos en la presentación del libro de éste que ha sido publicado recientemente (y que cuenta con prólogo del boss de esta web), y luego tuvo un encuentro/rueda de prensa/clase magistral con sus fans, respondiendo a sus preguntas y dando cierto tiempo (poco) para firmas y autógrafos. Sí, fue aquí donde sucedió lo de que se tuvieran que llevar a Landis casi en volandas por otro compromiso y dejaran a más de un fan con un palmo de narices y sin firma…

Por la tarde el director estuvo en la sala de cine, recibió su premio y presentó la sesión en la que se puedo revisar en pantalla grande su clásico Un hombre lobo americano en Londres. Allí tuvo lugar algo muy entrañable y divertido, y es que Landis grabó un video desde el escenario del público y se lo envió al móvil de sus amigos Joe Dante y Nick Garris: “Hola chicos. ¿Sabéis dónde estoy? ¡En el Nocturna!”. Tanto Dante como GArris conocen el Festival ya que estuvieron aquí con nosotros hace tres años.

Sábado 28 y final

Era una jornada complicada, porque justamente se jugaba hoy la Final de la Champion League de fútbol, que este año tiene como contendientes para más inri a los dos grandes equipos madrileños, el Real Madrid y el Atlético de Madrid. Sin embargo, han sido muchos fans los que han preferido acudir al Festival, e incluso Expediente Warren 2, la sesión que tenía lugar a la misma hora del partido, llenó la sala.

No solo ha sido espectacular por esto, sino que con diferencia ha sido el mejor día, el más importante. Para empezar, y aunque fuera en la sala 2, ha tenido lugar la proyección en pantalla grande (algo que no se ve todos los días) del clásico de culto del cine de terror español Escalofrío de Carlos Puerto. Antes, y con controversia (ahora paso a eso), se pudo ver el documental de Luis esquinas sobre el rodaje de esta película Satan’s Blood con entrevistas a los principales implicados (excepto a Juan Piquer Simón, que lamentablemente no está ya con nosotros), especialmente con las amenas explicaciones de Sandra Alberti, que estaba en la sala. Lo de la controversia va de que parece evidente que poner un documental con spoilers justo antes de proyectar una película es estropearle el visionado a todo aquel espectador que no hubiese visto Escalofrío previamente; pero parece que esto nadie lo pensó, y fue como ver los extras del DVD antes de ponerte la película, los que ya conocemos Escalofrío nos salvamos, pero el orden de proyección fue equivocado.

Al margen de eso, y pasándolo por alto, también fue una sesión especial porque en la sala estaban también Eugenio Martín, Jordi Grau, Lone Fleming, Antonio Mayans, Sandra Alberti, Loreta Tovar y José Lifante, es decir, un homenaje fiesta al cine español de terror. El causante de semejante reunión fue David García Sariñera, fan de corazón, editor del fanzine Monsterworld, y director del cortometraje homenaje a los Templarios de Amando de Ossorio que vino después: El último guion. Lamento decir que fue lo que menos me gustó. Es más: no me gustó nada, me pareció un desperdicio tener semejante reparto y malgastar un homenaje al cine de Ossorio en un corto tan soso y estático, mero encadenado de diálogos sin ritmo ni avance de acción alguna. El corto de Sariñera sirve de poco más que de album de fotos en movimiento de los carismáticos actores, pero carece de entidad propia, a pesar de que he puesto todo mi empeño en tratar de que me gustase (y repetirme “es un homenaje a…”, pero es que amigo David: aquel cine no se parecía a esto). Protagonizado por Lone Fleming haciendo de sí misma, y con los cameos de todos los citados actores, el corto cuenta algo así como que los templarios existen y acosan a Lone a raíz de que encuentra un guion inédito de una quinta película de la saga. ¿Suena a La nueva pesadilla de Wes Craven? Ojala hubiese sido así.

Finalmente Escalofrío, rareza absoluta en la cinematografía de nuestro país, film sobre satanismo oscuro con una atmósfera mágica y deliciosa. Una película obligatoria.

En la sala 1, casi solapándose, había una segunda oportunidad de encuentro con John Landis antes y después de la proyección de Burke & Hare, su última película cinematográfica (y es de 2010), y que en España no se ha podido ver en cines más que en Festivales.

Destacamos también The Open, una extraña película francesa de Marc Lahore, en la que un grupo de supervivientes de un Apocalipsis bélico se dedican a preparar eternamente un torneo de tenis imaginario. Abierta metáfora de la necesidad de un sentido de la vida para continuar, resultó interesante.

La lectura de premios y las entregas fueron ágiles, ya que no funcionaron los videos que habían preparado, y casi no había nadie presente de los premiados, por lo que en una mera lectura, se ventilaron lo que era la clausura propiamente dicha.

Pero el plato fuerte del día era sin duda Expediente Warren 2: El caso Enfield (The Conjuring 2), de James Wan. La distribuidora ya cedió la primera parte para que hiciera su estreno ¡mundial! en la primera edición de Nocturna, por lo que se puede considerar que los Warren y James Wan vuelven a su casa con este nuevo privilegiado pase. Entiendo que en Revista Fantastique ya existe una crítica de la película, por lo que tan solo diré que es casi tan buena como la primera parte, que para mi gusto es de lo mejor que se ha visto en lo que va de siglo, así que ya saben a qué atenerse y no perdérsela.

El domingo 29 además de la maratón de despedida aún hubo tres proyecciones más, entre ellas la de la interesante The Dead Room. Pero la jornada es una especie de extraño anexo y se puede decir que el sábado fue el final propiamente dicho.