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David Leitch es especialista en cine de acción fiestero, con mucha adrenalina y espectáculo. Es uno de los creadores de John Wick, y luego pasó por Dead Pool 2, Atómica o el spin off de The Fast and Furious: Hobbs & Shaw, sin olvidar la magnífica Bullet Train. Drew Pearce es un revisor y reescritor de guiones, y por ende guionista también él, capaz de darle la vuelta a un guion para convertirlo en pelotazos como Misión imposible: Nación secreta, la ya citada Deadpool 2, o King Kong vs. Godzilla. En este caso, se ha basado en un guion de Glen A. Larson, que es un tipo con muchísima experiencia escribiendo en series de televisión. Por su parte, Ryan Gosling es uno de los actores del momento, una vez que hemos dejado un poco atrás la gilipollez de decir siempre de él que “es inexpresivo” y poco a poco nos vamos rindiendo (unos más que otros, mi voto a favor desde luego sí lo tiene) a su filmografía.

De todo esto, solo podía salir una película divertida, pero si además les cuento el argumento, ya definitivamente deberían anotarla como una de sus opciones palomiteras favoritas: The Fall Guy es un desenfadado homenaje a los especialistas, stuntmen en inglés, la gente que se la juega en las escenas de acción reemplazando a la estrella, porque ellos sí que saben cómo caer, como saltar, como tirarse, como rebotar… Siempre con las debidas precauciones, y terminando con el característico gesto con el dedo que quiere decir “estoy bien” (dicho después de saltar de 100m de altura).

Ryan Gosling es un especialista, el mejor, con la mala suerte de que el actor habitual al que reemplaza es un mal actor y un gilipollas. Un día sufre un accidente, que resultará no serlo, y se ve metido en una trama de acción y suspense en la que tendrá que poner a prueba sus dotes, además de recuperar su historia de amor con Emily Blunt. La trama, tejida con el hilo dorado del suspenso y la acción, nos lleva a través de un laberinto de conspiraciones y rescates improbables. La lucha de Gosling contra villanos que podrían haberse escapado de las páginas de un cómic añade una capa de fantasía, recordándonos que en cada corazón humano late el deseo de ser más grande que la vida misma.

La cinematografía de “The Fall Guy” es un homenaje al Hollywood técnico, al que da a luz la magia por medio de aplicar trucos y conocimientos muy medidos y ensayados. Donde cada explosión es un espectáculo visual y cada salto al vacío, una pintura en movimiento. Recordaría a la estupenda FX: Efectos mortales (F/X, 1986, de Robert Mandel), solo que en aquella el protagonista que se veía arrastrado a una trama thriller era un maestro de los FX, y aquí nos centramos en el arte del stunt. Por otro lado, aquella tenía humor, pero la trama era seria, y aquí todo es desenfado y alegría.

Si quieren un film fresco, que no les cambiará la vida y no se convertirá en su favorito pero se lo hará pasar muy bien, ese film es The Fall Guy, El especialista en España. Una película que parece no estar funcionando en taquilla, y no comprendo por qué. Por mi parte que no quede, yo ya les he avisado. Luego la verán en casa, y se tirarán de los pelos de no haberla gozado en pantalla grande.

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