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Es curioso lo de Zack Snyder. Desde que el cineasta estadounidense entregó Watchmen en 2009, ha ido bastante cuesta abajo en lo que a relación con la crítica se refiere, y también proliferan los nidos de haters. Quizás lo más duro ha comenzado a partir de Batman v Superman: el amanecer de la justicia (2016) que recaudó más de 800 millones de dólares en la taquilla mundial, pero fue vilipendiada por los críticos como un ejercicio de marketing exagerado, descerebrado y ultraviolento, y polarizó a los fans entre los “snyderianos” y los que aprovechan la más mínima ocasión para atacarle diciendo que no entendía en absoluto la construcción del mundo de los superhéroes y (aún más esencialmente) al propio Batman.

A Netflix esto le viene muy bien, ya que ellos no cobran por reseñas positivas vs negativas, sino por visualizaciones (más bien por suscriptores, pero los sucriptores permanencen pagando a cambio de tener cosas de su interés a las que hacer clic), y el “efecto Streisand” también suma, incluso los que echan pestes aportan publicidad gratuita.

En realidad, Snyder es primo hermano de, por ejemplo, Robert Rodriguez, solo que le pierde su obsesión de que la forma quede por encima del fondo, con sus musicotes y sus escenas a cámara lenta, esa clase de epicidad de pura fórmula. A menudo ya hasta parecería que lo hace porque cree que debe, que esos ralentis es lo que se espera de él y no puede defraudar; otras veces, siendo franco, creo que se ríe de nosotros, o con nosotros, dependiendo de cómo te lo tomes y de a qué lado te alíes. Todos esos defectos están en ambas partes de Rebel Moon,  que es un díptico que si te lo ponen sin decirte de quién es, sabrías adivinarlo. Pero mencioné a Robert Rodriguez, que también es otro que tiene su legión de detractores. Cosa, francamente, que no entiendo el por qué. Offtopic: pasa algo con los supuestos fans del fantástico actual. O nos hemos vuelto un poco gilipollas, o es que hay más de uno y de diez pretenciosos, que normalmente verían “cine del bueno” y nos dejarían a nosotros en paz, con nuestros monstruos y nuestras naves espaciales, pero a los que les tira demasiado su infancia/adolescencia, en la que veían fantástico, y ahora viven atrapados en la contradicción del “me gustaría que me gustase, pero en realidad ya no me gusta esto”. O simplemente son las redes sociales, y su ambiente tóxico. Vuelvo sobre el argumento: tanto Rodriguez como Snyder cultivan el fantástico por vocación, es lo que les gusta a ellos, y sin duda lo conocen. Son lo que podemos llamar “directores fans”. Como Guillermo del Toro, aunque éste está mejor visto (tampoco entiendo por qué). Y tantos otros Y tanto las películas de Rodriguez como las de Snyder suelen ser buenas. Deberíamos estar comiendo en su mano, como estoy seguro de que se hará dentro de 5 décadas, cuando el Javier Ludeña del futuro esté estudiando y revisando todas estas películas, y maravillándose de sus logros, igual que ahora idolatramos películas de serie B de los años 50.

Zack Snyder eclipsa sus propias películas, y eso es una pena. Ya lo ven, tres párrafos, y ni he hablado de Rebel Moon, solo he hablado de su autor,  y le he comparado con otro autor al que también estimo, y he aprovechado para insultar sutilmente a los que no piensan como yo (Todo bien, ¿no?). Lo cual, francamente, no me parece que ande desencaminado. Estamos ante el Rebel Moon de Zack Snyder, no lo podría haber hecho nadie más. El autor impregna cada segundo del dilatado metraje, y está presente como un concepto más de la película. Que efectivamente, por otro lado, es un Star Wars a su propia manera. Dicen que el autor quiere dirigir una de las futuras partes de la franquicia de Lucasfilms, y que ésta ha sido su manera de llamar la atención del equipo de Katherine Kennedy y su equipo. Personalmente, creo que lo último que necesita Star Wars ahora son más controversias, así que harían bien en mantener alejado a Snyder.

No obstante, Bad Rebel no me ha parecido mal. Es Los siete magnificos, que a su vez era Los siete samuráis, que ya tuvo su versión en el espacio de la mano de Roger Corman en los 70. Cabría reprochar a Snyder su falta de originalidad. ¿Por qué volver otra vez a la misma historia? Una vez asumida, y a través de la hojarasca de la epicidad y la grandilocuencia ya esperables, lo que hay es una historia entretenida, a pesar de su exagerada duración, encontramos personajes vagamente definidos pero muy funcionales, y un esquema de escenas de acción periódicas para mantener el interés. Lo gracioso es que todo esto visto en hace 40 años, en plena lluvia de clones de Star Wars, nos habría entusiasmado. Ahora estamos pidiendo algo más, aunque creo que no somos conscientes de dónde y a quién.

Lo peor que podemos decir de ella, es que me temo que hayamos visto un montaje no-definitivo, y que dentro de unos meses nos van a venir con el montaje del director, con más metraje todavía, más sangre y más sexo. Y milagrosamente, como ya pasó con otros títulos del director, especialmente con Batman v Superman, eso le vendrá bien. Así que si eso es así, ¿por qué hemos perdido el tiempo viendo este otro montaje ahora?

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