Recuerdo una pase televisivo de madrugada hace algunos lustros (¿quizá fue en el entrañable programa Alucine de TVE?) y descubrir este film del que no sabía absolutamente nada. Ni que decir tiene que en cuanto visioné esta película quedé impactado (aún más al tratarse de un film protagonizado por Tim Robbins, al que nunca he soportado, y encima estar dirigida por Adrian Lyne, al que nunca asociaría con el cine de calidad y menos aún con el de terror) y enseguida empezó mi reivindicación de La Escalera de Jacob (1990) ante la indiferencia de los demás (amigotes, fanzineros, blogueros). Ante mi sorpresa me di cuenta de que nadie parecía apreciar ni mucho menos reivindicar una pieza maestra tan exquisita y rara como esta. ¿Qué tenía La Escalera de Jacob para provocar la indiferencia de fans del género y de críticos de cine? No sé cuáles son las razones pero yo siempre he tenido muy claro que La Escalera de Jacob es una obra maestra de los 90’s (aunque realmente es un proyecto ochentero y hasta su estética lo delata) y que no me cansaré de reivindicarla. No ya porque me recuerde al mejor cine de Cronenberg (La Escalera de Jacob no desentonaría en una sesión triple junto a Videodrome o Inseparables) sino porque el guion y la estética del film resultan fascinantes y de una profundidad que pocas veces se da en el cine de género. Además el film me sirvió para descubrir a una actriz de culto como Elizabeth Peña (que ya había destacado antes con la popular La Bamba) que encima de ser una gran actriz era bellísima (por desgracia no hace mucho que falleció) y en este film es quizá donde más pudimos contemplar su exquisita figura.
UNA HISTORIA DIGNA DE CONTARSE (la siguiente sección cuenta de cabo a rabo el argumento y la historia de la película, si no la has visto quizá sea mejor que pases a la siguiente sección para leer el análisis del film)
La acción se inicia en otoño de 1971 en el Delta del Mekong. Jacob (nuestro prota) forma parte de una unidad americana en la guerra del Vietnam y en un momento de tranquilidad sufren un confuso ataque en el que ya nos empiezan a dar algunas dosis de gore (el soldado con la pierna hecha pedazos y que arrastra por el suelo colgando) y dónde nuestro prota acaba ensartado por una bayoneta…en ese momento Jacob (interpretado por Tim Robbins) se despierta en un vagón de metro con una ejemplar de “El Extranjero” de Camus en la mano (no en vano es licenciado en filosofía aunque ahora se gana la vida como cartero). A partir de ese momento nuestro prota empieza a notar cosas raras a su alrededor (una mujer mayor que no le hace caso al interrogarla por una estación, un vagabundo tumbado en un asiento al que parece temblarle un raro apéndice carnoso, como salido de una peli de Cronenberg, bajo la ropa)…al final se queda atrapado en los túneles del metro y casi acaba arrollado por un tren que parece ocupado por gente muy rara… Llega a casa con su pareja Jezebel (Elizabeth Peña en un papel muy sensual, de hecho no para de regalarnos su hermosa desnudez una y otra vez) y se meten en la ducha…para más tarde seguir con los recuerdos (¿o sueños?) de Vietnam… la actual situación de nuestro prota es la de un divorciado con dos niños (de nombres bíblicos, como muchos de los personajes del film), su ex-mujer Sarah y su actual pareja que es una compañera de la oficina de correos…y un hijo muerto llamado Gabe que falleció mientras estaba en la guerra.
Nuestro prota suele cantar y tararear la popular nana “Sonny Boy” y visita frecuentemente a su quiropráctico (interpretado por Danny Aiello) para resolver sus problemas de espalda y de paso le cuneta como su vida ha empezado a ser una colección de flashes, visiones, alucinaciones, pesadillas y situaciones kafkianas. Algo raro le está pasando pero no sabe qué. Uno de los momentos críticos es en plena fiesta a la que acude con Jezabel en que una serie de acontecimientos (encuentra una cabeza de animal despellejada en la nevera, una pitonisa aficionada le lee la mano y le dice que está muerto, ve tipos raros por el lugar) y acaba contemplando a su chica bailando lascivamente con lo que parece un monstruo al estilo Cronenberg (si, de nuevo él) que le roza con su cola los muslos y acaba empalándola…cuando Jacob sufre un ataque de fiebre y su chica acaba metiéndolo en la bañera con hielo por consejo médico (y ayudada por los vecinos) para que no muera… así de nuevo nuestro prota despierta (ahora en su cama) junto a su mujer Sarah y sus tres hijos, sí, porque Gabe está vivo e incluso acude a su padre porque no puede dormir (con un juguete que repite la melodía de Sonny Boy) y Jacob lo acuesta y lo arropa en el dormitorio de los niños tras cantarle Sonny Boy. Luego vuelve a despertar al lado de Jezabel como si todo hubiera sido producto de la fiebre ante su horror mudo.
Jacob recibe la llamada de un ex-compañero del Vietnam y se reúnen. También éste ve visiones y lo que llama “demonios” que lo vigilan y persigue. Cuando este ex-compañero muere al explotar su coche se reúnen los supervivientes de la unidad de Vietnam donde sirvió Jacob y descubren que a todos les pasa lo mismo. Intenta hablar con un abogado para que les ayude a descubrir qué les ha hecho el ejército pero al final Jacob ve que tanto el abogado como sus compañeros acaban abandonando sus ganas de investigar y pedir explicaciones por lo que les sucede. Jacob sufre el ataque de unos desconocidos y acaba con sus huesos en la calle (tras ser robado por un tipo vestido de Papa Noel y que juraría que es el propio Tim Robbins!) y de ahí pasa a un hospital donde le dan un sórdido paseo en camilla por estancias destartaladas llenas de personas con amputaciones, caras grotescas, una mujer dando el pecho a una muñeca, locos en camisa de fuerza, trozos de carne y salpicaduras de sangre por el suelo hasta que le dejan en un quirófano sucio en que un médico sin ojos (?) le pone una inyección en la frente…
Mientras reposa en esa especie de manicomio kafkiano (¿o debería decir cronenbergiano?) acude a su rescate su quiropráctico, que se lo lleva de allí enfrentándose al personal sanitario y acaban relajados y tranquilos en la consulta del quiropráctico mientras le da un masaje. Jacob le habla a su amigo de lo que le pasa y éste le empieza a hablar del Maestro Eckhart (místico del siglo XIII) y la visión que tenía éste del infierno, le da unos consejos que al final Jacob comprenderá.
En los momentos finales (mientras a lo largo del film hemos visto distintos flashes de cómo en Vietnam evacuaban a Jacob con su herida de bayoneta en un helicóptero) Jacob toma un taxi, vuelve a casa (la de su mujer Sarah y sus hijos) y mientras se queda sentado en soledad en aquel hogar vacío aparece por las escaleras su hijo Gabe, con su juguete con la melodía de Sonny boy. Jacob acude junto a su hijo, llora, se abrazan y el niño le coge de la mano llevándolo arriba, hacia una luz blanca y cegadora mientras Jacob recuerda las palabras de su quiropráctico sobre el místico Eckhart… Acto seguido nos encontramos de repente en un quirófano de campaña en Vietnam con un médico dictaminando la muerte de Jacob. Todo el metraje del film nos ha mostrado las visiones infernales de un hombre que agonizaba y cuya mente parecía prepararse para la Muerte.
LA PELÍCULA
Producida por la Carolco de Mario Kassar y Andrew Vajna (que por supuesto aparecen como productores ejecutivos) el film estaba dirigido por Adrian Lyne (cuya carrera no tenía desperdicio con pelis ya míticas como Zorras, Flashdance, Nueve Semanas Y Media, Atracción Fatal… todas con el morbo sexual como aliciente principal), escrito por Bruce Joel Rubin (que aparece también como productor ejecutivo y que alcanzaría la gloria paralelamente con el guion de Ghost, sí, la peli con Demi Moore y Patrick Swayze… sin embargo el bueno de Rubin no lograría destacar en el resto de sus proyectos tras La Escalera de Jacob, una pena) y producido por Alan Marshall (El Expreso de Medianoche, Fama, El Corazón del Ángel). Destacando así también la labor de Maurice Jarre en la delicada banda sonora original (el tema central de piano es exquisito), el montaje de Tom Rolf (montador en Taxi Driver, Hardcore: Un Mundo Oculto y que ya había colaborado con Lyne en Nueve Semanas y Media), el diseño de producción de Brian Morris (El Ansia, El Corazón del Ángel) y la fotografía de Jeffrey Kimball (que aquí hizo su mejor trabajo en una carrera de lo más mediocre). Entre el casting tenemos a futuras estrellas televisivas como Jason Alexander (el mítico George Constanza de la serie Seinfeld) en el papel del abogado y Eriq La Salle (popular por su papel de cirujano antipático en la serie Urgencias) como uno de los ex-compañeros del Vietnam, aparte también de un entonces desconocido Ving Rhames. Y ya en el colmo de la anécdota el papel del hijo muerto de Jacob, Gabe, estaba interpretado por Macaulay Culkin antes de convertirse en la mayor (y mejor pagada) estrella infantil de la historia del cine.
ADRIAN LYNE
Sin duda La Escalera de Jacob fue un punto de inflexión en la carrera de Lyne. Tras sus pasados éxitos morbosos su cambio de registro a un cine más adulto, oscuro y trascendental se resolvió con una decepcionante taquilla (aunque al menos recuperó la inversión del film antes de llegar al mercado del vídeo). Lyne regresaría inmediatamente al cine que le dio éxito y fama (en 1993 con Una Proposición Indecente, una de las pelis más tontas y babosamente morbosas del Hollywood mainstream) pero de nuevo con resultados decepcionantes en taquilla e intentó ir aún más allá del morbo comercial que le dio la fama y meterse en el fango de una nueva adaptación de Lolita (que fue otro fracaso de taquilla muy perjudicado por los problemas de distribución que tuvo el film en USA a cuenta del tema que trataba pero que sin duda hizo bastante ruido como para que Lyne siguiera siendo noticia y en 2002 acometiera el rodaje de Infiel, con Richard Gere y Diane Lane de protas, de nuevo morbo sexual por un tubo, que sí funciono mejor en taquilla que todas sus pelis de los 90’s juntas)
RAREZAS DEL FILM
-Una de las grandes rarezas del film es que no se añadieron FX en el período de post-producción. Por ejemplo el efecto de las cabezas que tiemblan se hizo rodando a los actores girando al cabeza filmándolos a 4fps para luego proyectarlo en los 24fps standard.
-La peli se inspiraba en la leyenda urbana (o no tan urbana) de que el ejército USA usó una droga sintética llamada BZ en algunas unidades en combate durante la guerra de Vietnam. La droga existe pero se ha negado, por supuesto, su uso en unidades del ejército USA.
-Lyne rechazó dirigir La Hoguera de las Vanidades para dedicarse a La Escalera de Jacob.
-Rubin, el guionista, se inspiró para su guion en numerosas fuentes desde El Libro de los Muertos Tibetano hasta relatos de Ambrose Bierce..
-El film era un proyecto de la Paramount (Ridley Scott fue uno de los directores que estuvo a punto de hacerse con él) pero un cambio de ejecutivos dio al traste con el proyecto, entre otras cosas porque Lyne y su guionista se negaron a cambiar el final del film. Mientras el proyecto se pudría abandonado acudieron al rescate Mario Kassar y Andrew Vajna inyectando 25 millones de presupuesto al proyecto y convirtiendo al film en una producción de la entrañable, mítica y desaparecida Carolco.
-Julia Roberts, Demi Moore, Madonna y Jennifer López hicieron una audición para el papel de Jezabel pero al final se lo quedó la primera actriz que hizo una audición para el papel: Elizabeth Peña.
-El guion original de Rubin fue muy cambiado por Lyne que eliminó muchas de las referencias bíblicas que inundaban la historia y dio, por ejemplo, un toque más realista a los “demonios” que Rubin había imaginado con cuernos y otros detalles estéticos trillados.
-Después de las pruebas con la audiencia Lyne (que tenía el control creativo absoluto del film) eliminó más de 20 minutos de metraje. Es una pena que a España jamás llegara las ediciones especiales del film en DVD con todo el metraje eliminado que incluía escenas realmente interesantes (algunas con sexo y gore que finalmente no vimos). La mayoría de ese material pertenecía al tercio final del film.
-Lyne utilizó material pictórico de William Blake, H.R. Giger y Francis Bacon para inspirarse en la estética del film.
-La canción My Thang de James Brown (que oímos en la escena del baile cuando Elizabeth Peña es empalada por un monstruo amorfo) estaba incluida en un disco suyo de 1974 titulado precisamente “Hell“.
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